Cómo enrollar un porro

Cómo enrollar un porro

En todo grupo de amigos que se reúnen de vez en cuando a fumar hay un miembro que es especialmente hábil enrollando porros. Sin embargo, como es la manera más común de consumirlo, todo consumidor debería aprender cómo enrollar un porro tarde o temprano. Es una habilidad que requiere práctica; seguramente arruinarás más de un papel, pero eventualmente lo harás sin pensarlo. Quién sabe, a lo mejor tú termines siendo el brujo enrollador del grupo.

Anatomía del porro

Un porro no es un sistema complicado (para nada), pero suele tener más componentes de lo que la gente que nunca ha fumado cree. El más sencillo, al que se le conoce como joint en inglés, está constituido por cannabis, papel y un filtro, que, en la mayoría de las veces, también tiene que fabricarse.

Pero hay una enorme variedad de tipos de porros. En algunos se mezcla el cannabis con algo más, mientras que otros usan un método de doblado distinto. En una clasificación general, podemos dividirlos—para empezar—en tres: el joint, el spliff y el blunt, de los cuales, los dos últimos contienen tabaco.

Para ser más prácticos, en este artículo vamos a concentrarnos en enseñarte a enrollar el más sencillo, al cual nos referiremos como “porro” de aquí en adelante.

Papeles para porros

Hay muchísimos tipos de papeles para enrollar porros que tienen distintos tamaños, materiales diversos y hasta diferentes sabores. Concentrándonos solamente en tamaño y material, generalmente se recomienda que el enrollador primerizo empiece con un papel más bien grueso para que no se rompa fácilmente. Incluso hay algunos que ya vienen recortados en forma de cono, para simplificar el proceso.

Además, te recomendamos usar papeles de 1¼ de pulgada para empezar. En sistema métrico miden aproximadamente 77mm de base por 44mm de alto: tamaño suficiente para que quepa el ½ gramo de cannabis que vas a usar.

Una vez que sepas cómo enrollar un porro de buen tamaño; que no se abra o despegue, no se le salga el contenido por un extremo y se queme uniformemente, entonces podrás graduarte a papeles más grandes y delgados.

¿Cuánto cannabis debo usar para enrollar un porro?

La cantidad es algo que se le complica a todo principiante. Y es lógico: ¿con cuánto debo empezar? Como enrollar un porro requiere práctica, lo mejor es empezar con poco. La mayoría de los porros—incluso los que vienen ya enrollados—contienen 1 gramo de cannabis, pero se recomienda que empieces con la mitad: ½ gramo.

Igual que con el tipo de papel, una vez que lo domines, gradúate al gramo entero y hasta más allá, usando papeles king size, para el consumo de todo un grupo.

¿Qué herramientas necesito para enrollar un porro?

En gran medida, la gran popularidad del porro se debe a su simpleza. Es un medio extremadamente fácil de armar y consumir. No necesitas muchas cosas para enrollar uno. Además de lo obvio—papel y flor—, necesitas un par de herramientas más.

Lo primero es un molino de cannabis (también llamado molinillo, moledor o, su nombre en inglés, grinder). Aunque puedes moler el cannabis con otra herramienta, o hasta con las manos, un molino es recomendable. El cannabis es pegajoso y puede ser difícil manipularlo junto con los papeles, que son relativamente delgados. Además, puedes moler el cannabis hasta lograr una consistencia generalmente uniforme, lo cual te permitirá empacarlo más fácil, así como quitarle ramas y tallos que vayas encontrando.

También necesitas un filtro. No es como los de los cigarros de tabaco, aunque cumple un par de las mismas funciones. Al ser de un material generalmente más grueso que el papel, permite sostener al porro más fácilmente además de que evita que el cannabis se salga y te llenes lengua de planta. También sirve para evitar quemarte los dedos cuando estés por terminártelo.

Por último, consigue algo largo y delgado (como una pluma) que puedas introducir en el porro una vez que esté enrollado y para empacar el cannabis dentro.

Cómo enrollar un porro

Puedes desmoronar el cannabis un poco antes de meterlo al molino, pero no es totalmente necesario. Muélelo hasta lograr una consistencia uniforme. Antes de meterlo al papel, saca pesca todas las ramas y tallos que encuentres.

Haz el filtro. Pueden conseguirse ya hechos, pero si no puedes, cualquier material con cierta rigidez, como la cartulina de las tarjetas de presentación, sirve. Dobla el papel en zigzag, haciendo un corrugado, y luego enróllalo sobre sí mismo con el mismo diámetro que tendrá tu porro.

Con el filtro en un extremo, toma un papel y dale una ligera forma de canoa o de U y llénalo de cannabis. No te preocupes si se te cae el filtro, puedes volver a colocarlo después.

Empieza a “enrollar” el papel. Cierra la U que formaste antes masajeando el cannabis dentro para distribuirlo uniformemente a todo lo largo del papel. Después toma la punta más cercana al filtro y métela entre éste y el resto del papel. Esto hará una buena guía para el papel. Recuerda que no estás enrollando un cigarrillo recto, sino un cono más angosto del lado del filtro y más grueso del lado del fuego.

Enrolla el resto del papel de la misma manera hasta que te quede una ceja de unos milímetros de grueso. Humedécela ligeramente con tu saliva y termina de enrollarla, pegando la parte que lamiste al resto del papel.

Finalmente, empaca el cannabis dentro del porro con el extremo de la pluma u otro aditamento similar. No debe quedar muy firme pero tampoco muy suelto. Si no vas a fumártelo ahora, tuerce el extremo del papel, cerrándolo para que no se salga el cannabis.

Listo, ya tienes tu primer porro. Sigue practicando y tu técnica mejorará en menos de lo que crees.