Meditar con cannabis: meditación de respiración profunda

Meditar con cannabis: meditación de respiración profunda

Siempre es recomendable tomarse un tiempo para meditar. Sin embargo, no siempre es posible. Inclusive en casa, la vida tiene maneras de llamarnos: el timbre o el teléfono. Con tanto estímulo es difícil concentrarse. Por eso, algunos combinan el cannabis con la meditación, como la de respiración profunda.

¿De qué sirve meditar?

No es fácil concentrarse en este mundo, con tantos estímulos. Más, si le sumamos las preocupaciones y estrés de la vida cotidiana. Tarde o temprano, muchos necesitamos tiempo para nosotros mismos; recordar por qué hacemos lo que hacemos. Y, no menos importante, para relajarnos.

La meditación es una buena medida para lidiar con todo ello. Reduce la ansiedad, elimina los pensamientos negativos y relaja. Claro, no siempre es fácil encontrar el tiempo, o la concentración para meditar. Por eso, muchos incorporan el cannabis.

Qué cepa usar para la meditación de respiración profunda

La cepa Chocolope es una sativa y su nombre proviene de sus padres: es una cruza de Chocolate Thai y Cannalope Haze. No sorprende, entonces, que su sabor recuerda mucho al café. Hasta sus efectos son similares. Levanta el humor del consumidor y lo hace sentirse con las pilas recargadas para llevar a cabo tareas creativas. Es una cepa recomendable para combatir los malos sentimientos como el estrés o la depresión.

Cómo combinar cannabis con meditación de respiración profunda

Encuentra un lugar callado y elimina, dentro de lo posible, los estímulos exteriores, como tu teléfono. Consume tu cepa Chocolope, o alguna de efectos similares, antes de empezar—no demasiada, solo lo suficiente para ayudarte a meditar.

Siéntate en una posición en la que puedas pasar largo tiempo, como encima de un cojín, y sin recargarte en nada, con la espalda recta. Relájate y cierra los ojos. Concéntrate en eliminar la tensión.

Concéntrate en tu respiración. Una vez que hayas despejado tu mente, respira hondo por la nariz y siente cómo se llenan tus pulmones y tu estómago de aire. No exhales. Aguanta la respiración—tanto como te sientas cómodo; no son competencias para ver quién aguanta más tiempo.

Deja salir el aire lo más lento que puedas. Una vez que hayas vaciado tus pulmones, espera un periodo de tiempo similar al anterior. Cuando estés listo, respira hondo nuevamente y repite el proceso.

Imagina, o siente, que tú y tu respiración son lo único que existe en el mundo mientras dure.