Barreras sociales y técnicas de los refrescos de cannabis

Barreras sociales y técnicas de los refrescos de cannabis

Aunque tienen un estigma menor que el de fumarlo o vapearlo, por ser un producto relativamente nuevo, los refrescos de cannabis aún tienen barreras sociales y técnicas de tamaño significativo. Sobreponerse a ellas exitosamente podría, incluso, evitar la proliferación de su venta ilegal.

Barreras técnicas de los refrescos de cannabis

En otros artículos ya habíamos abordado la dificultad de infusionar cannabis a líquidos sin un agente graso, como el té. Esto es porque los cannabinoides los prefieren, como en el aceite o la mantequilla. Por ello, los refrescos presentan un reto más complicado de lo que podría parecer en un principio—los consumidores no esperan que su refresco con gas sea espeso.

Se fabrican con gotas de aceite y esto solo complica las cosas; si son muy grandes, no se alcanzarán a disolver en el agua y tendrán una menor potencia de la que anuncia la lata. Y, aunque éstas fueran del tamaño correcto, también se ha observado que algunos materiales del paquete pueden absorber el aceite.

A prueba de niños

Las bebidas y refrescos azucarados suelen atraer niños, lo cual presenta un problema importante para las bebidas infusionadas con cannabis. Para combatir esto, en algunos lugares se han adoptado algunas restricciones.

Siguiendo el ejemplo de las bebidas alcohólicas, estas pueden incluir botellas, envases o cajas opacos; también, evitar el uso de colores brillantes; o bien, diseñarlos para que sean especialmente difíciles de abrir.

Barreras sociales de los refrescos de cannabis

A pesar de tener un estigma ligeramente menor a otros productos de cannabis, los refrescos y bebidas siguen sin ser del todo aceptados, por lo que es del interés de los fabricantes seguir normas estrictas para evitar el sobreconsumo lo más posible.

En algunos lugares donde el comercio de cannabis es legal, como Canadá, se ha instaurado una adquisición máxima de cinco bebidas de 350 ml por consumidor, y cada bebida no puede tener más de 10 ml de THC.

Esto ha atraído críticas, sin embargo. Muchos sostienen que la dosis máxima es demasiado pequeña y podría orillar a la adquisición en mercados ilegales.