Guía de nutrientes líquidos
En otro artículo ya vimos cuáles son los tipos de nutrientes, los elementos que los comprenden y qué hace cada uno. Lo siguiente es aprender a identificar, mezclar y usar los nutrientes. En este caso, te daremos una guía de los nutrientes líquidos, ya que pueden ser distintos, dependiendo del tipo de cultivo.
Guía de los empaques de nutrientes líquidos
Por si no te acuerdas de las clases de ciencia de la secundaria, vamos a repasar, primero que nada, la abreviatura química de los macronutrientes (los más importantes para el desarrollo de tu planta): nitrógeno, fósforo y potasio—N, P y K, respectivamente.
El orden es importante: así es como vienen listados los porcentajes en las botellas y empaques. Por ejemplo, un producto con 10-4-4 quiere decir que contiene 10% de nitrógeno, 4% de fósforo y 4% de potasio.
Como vimos en otra guía, cada etapa de tu cannabis requiere una cantidad distinta de cada nutriente. Durante la etapa vegetativa, lo recomendable es usar un nutriente alto en nitrógeno, bajo en fósforo y moderado en potasio. Durante la floración, la cosa cambia: hay que buscar nutrientes altos en fósforo y potasio, pero bajos en nitrógeno.
Para que no haya pierde, es común simplemente dividir a los nutrientes en dos categorías: para el crecimiento y para para la floración—simple.
Una cosa importante: cuando tu cannabis se esté acercando a la cosecha, elimina el uso de nutrientes del todo y riégalo solo con agua. Así eliminarás cualquier concentrado de nutrientes en los brotes.
Guía de mezcla de nutrientes líquidos
En general, los nutrientes líquidos no se aplican directamente, sino que se mezclan con el agua para el riego—en los cultivos con tierra—, o que se usa como medio de cultivo en algunos sistemas hidropónicos.
Desgraciadamente, no hay una sola proporción correcta de nutrientes y agua para tus plantas, ya que esta depende de una gran variedad de cosas, como qué tipo de cultivo tiene, el tamaño de tus contenedores y, sobre todo, la composición de tu sedimento (de utilizarlo).
Cada empaque recomienda una proporción. Te sugerimos empezar con cantidades menores la recomendación del paquete, revisar cómo reaccionan tus plantas e ir aumentando las cantidades poco a poco hasta encontrar el balance apropiado para tu cultivo.
Lleva un calendario de riego
Como, antes de que encuentres el balance correcto, vas a estar modificando las cantidades de agua y nutrientes para regar tus plantas, te recomendamos llevar un registro de riego. Así evitarás repetir cantidades o usar demasiados nutrientes accidentalmente.
En tu registro apunta datos como cuánta agua usaste en el último riego; cuántos nutrientes usaste y de qué tipo; con qué frecuencia estás regando tus plantas, entre otros más que se te vayan ocurriendo.
Recuerda que una mayor cantidad de nutrientes no resulta en plantas más grandes y fuertes. De hecho, es todo lo contrario. Es muy fácil abusar de los nutrientes y dañar tu cultivo. No debes, por ejemplo, usarlos cada vez que riegues tus plantas. Alterna entre riego con y sin ellos.
Otro dato importante que debes incluir es el pH de tu agua y de tu mezcla.
El pH es importante
El pH predilecto para que crezca el cannabis es entre 6 y 7, si está creciendo en tierra, y 5.5 y 6.5 para los cultivos hidropónicos. Por ello, debes revisar el pH de tu agua y de tu mezcla de nutrientes para asegurarte de no salirte del rango correcto, ya que puede resultar en que tus plantas se nieguen a seguir absorbiéndolos.