¿Qué es el aceite de hachís de propano (PHO)?
Existen muchas alternativas para consumir cannabis, y una de las menos ortodoxas es el dabbing, para el que se necesita una presentación distinta de cannabis a la usada, por ejemplo, en bongs tradicionales. Incluso el proceso para obtener los llamados concentrados es fuera de lo común; digno de un experimento científico o una película de ciencia ficción. En otro artículo vimos lo que es el BHO, así que, en esta ocasión, te platicaremos lo que es el aceite de hachís de propano, o PHO.
¿Qué es el dabbing?
El dabbing es la práctica de evaporar instantáneamente concentrados de cannabis para inhalar su vapor. Para lograrlo, se necesita una pipa de agua llamada dab rig con un nail; un cilindro o plataforma, mismo que se calienta a altas temperaturas.
Uno de los atractivos del cannabis es su calidad casera; tú mismo puedes plantarlo y cultivarlo; usarlo para fabricar algunos productos, como tinturas o mantequilla. Los concentrados, sin embargo, se distinguen por requerir químicos que, aunque son fáciles de conseguir, son peligrosos.
¿Qué es el aceite de hachís de propano (PHO)?
En la fabricación de concentrados, se extraen los químicos del cannabis, como el THC, dejando el resto del material de la planta—sus ramas, tallos, hojas—atrás. Para lograrlo, se le somete a un proceso en un circuito cerrado donde es bañada por solventes, como el propano o el butano líquidos, ya que ambos son extremadamente volátiles y se evaporan al entrar en contacto con el aire.
A diferencia del butano, cuyos concentrados son de una variedad de consistencias, si se utiliza propano, el concentrado resultante—a pesar de que se le llame “aceite”—se parece más a la mantequilla. Las siglas PHO provienen de su nombre en inglés—Propane Hash Oil.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas del aceite de hachís de propano (PHO)?
Los concentrados se llaman así por una buena razón: aquellos como el aceite de hachís de propano son, quizás, el producto de cannabis con mayor índice de THC. Puede ser de 80, o hasta 90 por ciento, aunque puede variar.Sin embargo, su fabricación es peligrosa. En más de una ocasión, se han registrado explosiones en laboratorios caseros por lo volátiles que son el propano y el butano—son gases, después de todo—; su manufactura debería ser dejada a los profesionales.