El hachís y cómo se diferencia de otros concentrados
Cannabis, hachís, mota, marihuana… hay tantas palabras y nombres para referirse al producto de la planta del cannabis que a veces es fácil confundirlos o no saber cuál es su significado específico. Como a veces son intercambiables, aquí veremos, específicamente, qué es el hachís y cómo se diferencia de otros concentrados.
¿Qué es el hachís exactamente?
Sí, el hachís proviene del cannabis y por eso a veces es confuso; sin embargo, la palabra se refiere a una presentación y consistencia específicas. Siendo estrictos, el hachís es un concentrado, como otros que hemos visto en este mismo blog.
Su consistencia es la de un polvo muy fino, de color café o verde y comúnmente se fuma en pipa, aunque también puede ser una especie de condimento que se le agrega a otros productos, como los porros, para intensificar sus efectos.
A diferencia de otras presentaciones, consiste solamente de las cabezas de los tricomas, aquella parte de la planta de cannabis donde se encuentran sus sustancias más codiciadas: cannabinoides y terpenos. Por ello, puede ser un producto hasta 60% más intenso que la simple flor de cannabis sin refinar. Muchos consideran al hachís un producto más puro que otros concentrados hechos con métodos más industriales.
¿Cómo se hace el hachís?
En realidad, no hay una sola manera de fabricar hachís y, la mayoría, son métodos relativamente sencillos. Incluso, a diferencia de otros concentrados, puede ser fabricado en casa.
Una manera, por ejemplo, es agitando las flores de cannabis encima de varios coladores para recolectar sólo las cabezas de los tricomas. A continuación, se comprimen con una prensa. En otra, se hunde el cannabis en un baño de agua helada para separar las cabezas de los tricomas, recolectarlas y comprimirlas.
¿Cómo se diferencia el hachís de otros concentrados?
Poder fabricar hachís en casa, igual que la rosin, es una gran ventaja, ya que otros concentrados de cannabis requieren de métodos más complicados—y peligrosos. En otros artículos vimos algunos de ellos en los que se somete al cannabis a un baño de solventes como el butano, propano o dióxido de carbono.
Sin embargo, esta ventaja casera tiene su precio: el hachís y la rosin, aunque concentrados, tienen índices de cannabinoides mucho menores que aquellos hechos con solventes, que tienen de 80 ó 90 por ciento.