Plagas: las babosas y los caracoles
Las babosas y los caracoles son de los animales que más acostumbramos ver en los jardines. Sin embargo, en grandes cantidades son una plaga—una que puede terminar con plantíos enteros. Por eso hay que lidiar con ellos tan pronto como aparecen sus caminos de baba. O antes, siguiendo algunas medidas de prevención.
¿Qué peligro representan las babosas y los caracoles?
Aunque no tengas un cultivo de cannabis—o de cualquier otro tipo—, seguramente los has visto, sobre todo durante la temporada de lluvias. Las babosas y los caracoles son frecuentes inquilinos de nuestros jardines y hasta se nos hacen simpáticos. Desgraciadamente, los agricultores los consideran un peligro.
La dieta de ambas especies está compuesta casi exclusivamente de hojas, por lo que son capaces de terminar con un gran número de plantas en poco tiempo. Eso, cuando éstas son adultas; cuando apenas son plántulas, las devoran enteras.
¿Cómo lidiar con las babosas y los caracoles?
Una vez que aparecen, hay que deshacerse de las babosas y los caracoles tan pronto como sea posible. Su tamaño es una ventaja, ya que son mucho más fáciles de detectar que otras plagas. Además, dejan señales claras de su presencia, como enormes agujeros en las hojas, plántulas que desaparecen de un momento a otro y, por supuesto, caminos de baba.
La manera más común es, simplemente, atraparlos y relocalizarlos manualmente, lo cual se debe hacer durante la noche o temprano en la mañana, ya que son nocturnos. También existen trampas que los atrapan en un contenedor sin necesidad de matarlos.
Un estanque o dejar crecer el pasto puede atraer ranas, sapos, o animales más grandes que son sus depredadores naturales.
Medidas de prevención
También se pueden tomar medidas preventivas y así evitar que aparezcan en primer lugar. El cobre no les sienta bien. Si se forran las macetas o se fabrican mallas alrededor de los cultivos podrían no acercarse. Sin embargo, la eficacia de esta medida es cuestionable.
No les gusta arrastrarse sobre superficies que los lastimen, como los pedazos de cáscaras de huevo, que son duros y puntiagudos. Solo es cuestión de triturar algunas y formar un perímetro alrededor de las plantas.
Las babosas y los caracoles se alimentan de cannabis cuando no hay otras plantas que prefieren. Los cultivos asociados, como la lechuga, la albahaca y las espinacas pueden atraerlos y alertar de su presencia con previo aviso.