Exceso y escasez de riego
Obviamente, para cuidar del cannabis, hay que regarlo. Sin embargo, como lo sabe cualquiera que haya cuidado de alguna planta en su vida, esto es más fácil decirlo que hacerlo. Muchos factores alteran cuánta agua hay que usar y con qué frecuencia. Es muy fácil que esto conduzca al exceso y a la escasez de riego.
¿Por qué ocurren el exceso y la escasez de riego?
El exceso y la escasez de riego son problemas, sobre todo—mas no exclusivamente—, de los agricultores primerizos. Y es que al principio es difícil saber con qué frecuencia hay que regar y cuánta agua usar. Esto es difícil de establecer, pues no hay un solo horario general, pues éste varía de acuerdo a factores como el clima, temperatura, humedad, etc.
Por preocuparse que las plantas reciban agua suficiente, los agricultores primerizos tienden a sobrecompensar. Entre más agua mejor, piensan algunos. Sin embargo, los daños del exceso de riego son mucho peores que los de la escasez, ya que puede promover el desarrollo de moho o la pudrición de raíces.
¿Cómo sé si estoy usando suficiente agua?
Muy fácil. Si la tierra está seca y las hojas comienzan a marchitarse, es señal inequívoca (y obvia) de que necesitan agua. Una manera de saberlo más a ciencia cierta es hundiendo un dedo en la tierra un par de centímetros. Si está húmeda, no riegues todavía.
Si, por el contrario, la tierra lleva días húmeda y no se seca, entonces has usado demasiada agua. De seguir así, las hojas dejarán de verse tan vivaces y desarrollarán un tono de verde más oscuro de lo habitual. Entonces deberás tomar medidas antes de que las raíces se vean más afectadas.
Cómo solucionar el exceso y la escasez de riego
Evidentemente, para solucionar la escasez de riego es regando. Dar seguimiento a los días (y horas) de riego en una bitácora ayuda a establecer una rutina para saber precisamente cuándo regar. Hay que tener en cuenta que, en los cultivos externos, estos pueden variar de acuerdo al clima.
Si, por otro lado, se han regado demasiado, lo mejor es esperar a que la tierra se seque por completo antes de regar más. Y, una vez que reinicie el regado, hacerlo con menos agua y esperar unos cuantos días para ver cómo reaccionan las plantas. En este caso, la bitácora de riego también es una herramienta útil.