¿Cómo afecta el cannabis al hígado?
Existe una clara relación entre la marihuana y cómo nuestro aparato digestivo procesa los alimentos y demás sustancias que ingerimos. Apenas se está comenzando a estudiar cómo afecta el cannabis al hígado, por ejemplo. Hasta ahora, las conclusiones no son todas buenas noticias. Parece ser que, aunque en ciertas ocasiones podría ser benéfico, en otras, su presencia podría ser altamente perjudicial.
¿Cómo funciona el hígado?
El hígado es el órgano encargado de separar y clasificar los componentes de las sustancias que ingerimos; envía las que son útiles a diversas partes del cuerpo y desecha las inútiles.
Es decir, todo lo que consumimos tiene un impacto directo en él. Afortunadamente para nosotros, es, hasta cierto punto, regenerativo. Incluso puede hacer que una parte amputada vuelva a crecer. De la misma manera, puede autocurarse o reponerse después de una enfermedad o condición; pero esto tiene un límite. Cuando ya no es capaz de recuperarse, la única salida que queda es el trasplante.
¿El cannabis beneficia al hígado?
Nos gusta pensar que el cannabis es una suerte de planta mágica o elixir divino absolutamente beneficial para nuestra salud; que puede tratar todo tipo de afecciones. Sin embargo, las noticias no siempre son tan buenas.
Con la legalización en varias partes del mundo, estas propiedades apenas comenzaron a ser estudiadas, por lo que los resultados aún son muy preliminares como para asegurar cualquier cosa concretamente. Sin embargo, vale la pena discutir un par, por ser de importancia.
¿Cómo afecta el cannabis al hígado?
El cannabis causa sus efectos por cómo los cannabinoides afectan al sistema endocannabinoide, el cual regula nuestras funciones más elementales. Sin embargo, el hígado sano es de los pocos lugares del cuerpo donde casi no se encuentran receptores—CB1 y CB2—de dicho sistema. Cuando enferma, la historia cambia.
Cuando se ve afectado por alguna enfermedad, aumenta la acumulación de receptores en el hígado; y, con ello, su susceptibilidad hacia los cannabinoides, como el THC y el CBD. Sin embargo, esto podría no ser tan beneficial como parece.
Los estudios que han revisado cómo afecta el cannabis al hígado graso, por ejemplo, han descubierto que, cuando estos receptores se activan, aumenta el cúmulo de grasa y la enfermedad empeora.
En otros casos, como el de la hepatitis, las propiedades desinflamatorias del cannabis podrían ser beneficiales. En otros más, la presencia de un cannabinoide podría ser beneficioso, mientras la del otro no, como es el caso de la fibrosis.