Cómo descarboxilar concentrados
Todos saben que la flor de cannabis puede usarse para infusionar todo tipo de alimentos, desde galletas hasta tocino. Lo que quizá es menos conocido es que también puedes hacerlo con concentrados. Sin embargo, al igual que la flor, debes activar sus cannabinoides, por lo que también es muy útil aprender cómo descarboxilar concentrados.
¿Qué es la descarboxilación?
Además de fumarlo, que sin duda es el método más popular, el cannabis se consume de todo tipo de maneras, como en los comestibles. En ese caso, sin embargo, debe ser descarboxilado antes.
La descarboxilación activa los cannabinoides para que surtan efecto. Esto se hace exponiéndolos a una fuente de calor, algo que ocurre naturalmente cuando se fuma, ya sea en un porro, pipa o bong, porque el fuego está involucrado naturalmente en la ecuación. Para infusionar otros alimentos, hay que meterlo un rato al horno, ya sea la flor, o los concentrados.
¿Para qué descarboxilar concentrados?
Al igual que la flor, los concentrados deben ser descarboxilados para que surtan efecto. Y es que, en ningún momento son expuestos a una fuente de calor durante el proceso de extracción. Los concentrados pueden provenir de un número de procesos, los cuales pueden ser naturales—aplicándoles presión—o con algún hidrocarburo.
Al igual que los porros, pipas y bongs, el método de consumo más común de los concentrados—el dabbing—incluye calor, por lo que son automáticamente descarboxilados. Pero, para cocinar con ellos, hay que descarboxilarlos antes.
Cómo descarboxilar concentrados
Para descarboxilar concentrados en el horno solo necesitas una bandeja para galletas y papel encerado.
Los cannabinoides y terpenos de los concentrados son algo más delicados que los de la flor, y las altas temperaturas pueden evaporarlos y dejar al concentrado inservible. Por eso, precaliente el horno a no más de 93º Centígrados.
Cubre la superficie de la bandeja para horno con papel encerado y coloca los concentrados sobre ella. Cocínalo de 20 a 25 minutos, siempre asegurándote de que no se quemen. Cuando se derrita y empiece a burbujear, está listo. Si se trata de un concentrado en polvo, agítalo frecuentemente.