Cómo mantener limpio tu bong

Cómo mantener limpio tu bong

Cómo mantener limpio tu bong

Fumar cannabis en un bong continúa siendo uno de los métodos de consumo más populares—pero, también, uno de los menos higiénicos. A diferencia de consumir un porro, que se esfuma literalmente, después de una sesión de bong, éste aún contiene agua, resina y demás desperdicios. Si tienes uno, es esencial saber cómo mantener limpio tu bong; no solo por higiene, sino por tu propia salud.

¿Por qué es tan importante mantener limpio tu bong?

Afrontémoslo: fumar es un hábito que, por mucho que les guste a algunos, deja residuos asquerosos. Basta con echarle un ojo a un bong que no han lavado después de algunas sesiones.

Un porro se consume totalmente, las pipas se lavan fácilmente; pero después de un par de sesiones, los bongs comienzan a dar señales de necesitar un baño desesperadamente—y el primer indicio es el aroma.

Si no se le cambia el agua, la peste puede impregnar todo, sobre todo si es de plástico. Además, la resina que se queda en el agua se pega a las paredes y dificulta su limpieza. Pero, sobre todo, un bong sucio puede significar un riesgo para la salud.

Si no se le cambia el agua, desarrollará moho. Además, con el tiempo, su efectividad disminuye y deja de filtrar los elementos tóxicos.

Ventajas de un bong limpio

Como dijimos arriba, el agua actúa como un filtro que atrapa a las sustancias tóxicas que resultan de la combustión de quemar el cannabis. Un bong limpio significa un filtro más eficaz. Además, mantener limpio tu bong alarga su vida útil.

Finalmente, un bong sucio altera el sabor de la cepa. Algunas saben realmente bien; no querrías arruinarlas solo porque lavar tu bong es un poquito molesto, ¿o sí?

Cómo mantener limpio tu bong

Generalmente se recomienda cambiar el agua del bong después de cada sesión. Sin embargo, también vale la pena lavarlo a fondo de vez en cuando.

La mayoría de los bongs tienen varias piezas, así que lo mejor es desarmarlo. Sumerge todas sus partes en agua caliente y jabón por 15 minutos, aproximadamente, y después cepíllalas. Puedes utilizar un cepillo de dientes (solo no lo uses para nada más), aunque también existen brochas especializadas.

Enjuaga cada parte en agua caliente y ponlas a secar por separado.