Dabs y concentrados para hacer comestibles
¿Así que quieres cocinar con cannabis, pero solamente tienes dabs y concentrados? No te preocupes, también los puedes usar en la cocina. Sin embargo, por la gran variedad de este tipo de productos, primero debes saber un par de cosas, ya que el proceso es un poco más complicado. Es distinto, por ejemplo, cocinar con un destilado que con kief o rosin. Aquí tratamos de responder todo lo relacionado con cocinar con concentrados.
¿Qué son los dabs y concentrados?
En caso de que no lo sepas, los concentrados y dabs se obtienen al someter a la flor de cannabis a un proceso químico para separarla de sus cannabinoides. Por ello, estos productos suelen ser bastante más intensos que, digamos, fumar o los comestibles convencionales; tienen un porcentaje más alto de cannabinoides.
Existen varios tipos de concentrados. Aquellos que solamente contienen cannabinoides sin sabor ni aroma; están entre los productos de cannabis de mayor intensidad en el mercado. Por otro lado, están los concentrados o extractos de espectro completo. A éstos, una vez hecho el extracto, de una manera u otra se les agregan los demás elementos de la planta, como los terpenos. De esta manera se obtienen productos con una alta concentración de cannabinoides que mantienen su sabor y aroma original. Estos son los que típicamente se usan en el dabbing.
El proceso para hacer concentrados es complicado y hasta peligroso si no se siguen las medidas de seguridad necesarias. Y es que comúnmente involucra químicos muy volátiles, como los hidrocarburos.
Se somete al cannabis a un baño de estos químicos para separar sus elementos del resto del material de la planta. El producto final no tiene sabor ni aroma, a menos, como dijimos, se le agregue una vez terminado. Pero si, en vez de eso, se refina aún más, entonces se consigue un destilado, el cual puede alcanzar una concentración de cannabinoides cercana al 100%.
Sin embargo, también hay concentrados que no requieren de químicos y, por lo tanto, pueden hacerse en casa. Tal es el caso de la rosin, que resulta de prensar la flor entre dos planchas calientes, o el kief que consiste, solamente, en el conjunto de tricomas que se desprenden de la planta.
Dabs y concentrados para hacer comestibles
¿Se pueden hacer comestibles con dabs y concentrados? Sí. Aunque la flor es el producto de cannabis más popular para agregar o infusionar comestibles, también se pueden emplear los dabs y los concentrados. De hecho, es una manera eficaz de aprovecharlos si te sobran; por ejemplo, cuando tienes dabs, pero no un dab rig.
Anteriormente vimos que existen una gran variedad de tipos de concentrados y extractos—de diferentes consistencias, además—. Esto complica un poco el proceso de cocinar con ellos. Requiere, por ejemplo, de una mayor planeación; saber, primero, qué concentrado se va a usar y, después, qué platillo se puede preparar con él.
¿Qué concentrado vas a usar?
Como vimos, diferentes concentrados tienen distintas propiedades—y no solo nos referimos a su intensidad. También es el caso de sus consistencias.
Algunos son muy maleables, parecidos a la cera; mientras, otros, duros como el vidrio o un pedazo de caramelo. El kief es un simple polvo.
Los destilados o la rosin pueden ser agregados directamente a cualquier platillo. Otros tantos, sin embargo, primero deben someterse a un proceso de descarboxilación.
¿Qué platillo vas a cocinar?
El tipo de platillo que vayas a cocinar debe definir qué concentrado deberías usar. Y es que estos pueden tener un sabor muy fuerte y penetrante que, con frecuencia, no es exactamente un ingrediente de sabor gourmet. Si tu platillo tiene un sabor suave, el sabor del concentrado puede dominarlo.
Para concentrados así—el aceite Rick Simpson es un buen ejemplo—, lo mejor es hacer platillos dulces, como algún tipo de caramelo o los famosos brownies. Así, el sabor del platillo dominará el del concentrado y no al revés.
Cómo calcular las dosis de dabs y concentrados para hacer comestibles
Prácticamente cada receta que publicamos en este blog trae la misma advertencia: después de cocinar, verifica su intensidad probándolo. Y es que el tamaño de las dosis cambia de platillo a platillo. Esto se complica aún más cuando se cocina con concentrados. Sin embargo, existe una manera para calcular qué tanto THC tendrá cada porción.
Esta es: el peso total del concentrado por el porcentaje de THC por 1,000 entre el número de porciones.
O sea, debes multiplicar el peso de tu concentrado en gramos (información que viene en el empaque) por el porcentaje de THC que contiene (que también viene en el empaque), convertido a decimales. Después, multiplica el resultado por 1,000 para convertirlo a miligramos; esto te dará el contenido de cannabinoides de todo el platillo. Por último, divide el resultado por el número de porciones para saber cuánto concentrado de THC tendrá cada una.
Ejemplo: si tu producto tiene 0.25 gramos de un concentrado y 80% de THC: 0.25 x 0.80 (porcentaje convertido a decimales) x 1,000 = 200. El platillo contiene 200 mg de THC en total. Si ese platillo, entonces, es dividido en 10 porciones, cada una tiene 20 mg de THC.
Cómo se descarboxilan los concentrados
La verdad, descarboxilar concentrados es muy similar a descarboxilar la flor. Aquí tienes una receta más completa sobre cómo hacerlo; pero, en resumen, se coloca al concentrado en una bandeja para horno forrada de papel encerado a 93º centígrados. Se cocina entre 20 y 35 minutos, o hasta que el concentrado se haya derretido y comience a hervir.
Una vez que se enfríen un poco, tus concentrados estarán listos para formar parte de tus platillos. Siempre sé cuidadoso, pero no tengas miedo de experimentar.