Cosas con efectos similares al cannabis

Cosas con efectos similares al cannabis

efectos similares al cannabis

A pesar de sus efectos tan particulares, el cannabis no es la única sustancia que puede alterar cómo nos sentimos o nuestra percepción. Aquí te dejamos una lista de cosas con efectos similares al cannabis. Te garantizamos un par de sorpresas.

Hierba gatera o menta de gato

Si alguna vez te has preguntado por qué tu gato parece preferir uno de sus juguetes sobre los demás, quizá deberías revisar si adentro tiene hierba gatera o menta de gato. También llamada albahaca de gatos o nébeda, hace mucho que se sabe que esta planta proveniente de Europa, Asia y Norteamérica tiene un efecto curioso en los gatos. Incluso los incluyeron en su nombre científico: Nepta cataria.

Olerla—o hasta consumirla—les causa un éxtasis que sus dueños encuentran difícil de ignorar; pero no te preocupes, no les causa ningún daño. A lo mucho, si ingieren grandes cantidades, les provoca algún malestar estomacal por corto tiempo, pero es raro. Es más común que los veas restregándose en ella; no tienen que hablar para saber que se la están pasando fantástico. No es de sorprenderse, entonces, que la menta de gato sea prima de la planta del cannabis.

Este éxtasis gatuno se debe a que la menta de gato produce un aceite esencial que, según se cree, estimulan sus receptores neuronales. Al hacerlo, activan las feromonas del placer en un proceso muy similar a cómo el cannabis actúa en el cerebro de los humanos.

Los cannabinoides como el THC se acoplan a los receptores de nuestro sistema endocannabinoide, el cual regula nuestras respuestas más elementales como el humor, el sueño y el hambre. Esto lo “confunde” y comienza a mandar señales inusuales; nos hace sentir hambre a pesar de estar levantándonos de comer, por ejemplo.

Estas respuestas tan similares del cannabis y la menta de gato, han llevado a algunos expertos a especular si no se trata de un sistema de defensa: quizá confunden a los depredadores, extasiándolos y quitándoles las ganas de comerlas.

Correr

Se dice que el hábito de correr resulta en un sentimiento de éxtasis similar al de las sustancias como el cannabis. Esto es cierto; sin embargo, no se debe—exclusivamente, por lo menos—a la liberación de endorfinas. Es posible, más bien, que el sistema endocannabinoide, que mencionamos en el apartado anterior, también esté involucrado.

En un experimento llevado a cabo en la Universidad de Heidelberg, en Alemania, los investigadores hicieron correr a un grupo de ratones. Como resultado, se elevaron sus niveles de endorfinas, pero también de cannabinoides. Además, el ejercicio les provocó una reducción de ansiedad y mayor tolerancia al dolor. A continuación, los investigadores bloquearon sus receptores cerebrales.

Al bloquear los de las endorfinas, el comportamiento de los ratones no cambió mucho. La conclusión: los beneficios del ejercicio seguían presentes. Cuando bloquearon los receptores del sistema endocannabinoide, sin embargo, sus niveles de ansiedad aumentaron nuevamente y se redujo su tolerancia al dolor.

También observaron una característica más del “éxtasis del corredor”, bien conocida por aquellos que tienen el hábito de correr. Los ratones no exhibieron los beneficios de correr inmediatamente, sino hasta después de cubrir cierta distancia. En su caso, más de 5 kilómetros diarios.

Estas dos curiosidades pueden deberse a la evolución. No es un secreto que los humanos estamos hechos para correr; ya sea para perseguir animales para comer o evitar a aquellos que quieren regresarnos el favor. Por eso desarrollamos glándulas sudoríparas y tendones de Aquiles. También, un sistema por el cual nuestro cerebro nos recompensa con un sentimiento de bienestar, en lugar de cansancio extremo, después de recorrer una cierta distancia. Hubo una época donde nuestra existencia dependía de ello.

El amor

El neurotransmisor anandamida es parte indispensable del sistema endocannabinoide. Llamada “la hormona de la felicidad”, nos transmite un sentimiento de bienestar generalizado, por lo que es liberada—entre otras razones—cuando producimos niveles altos de oxitocina.

La oxitocina, por su lado, tiene un rol elemental en cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea; es decir, nuestros vínculos sociales, nuestra atracción sexual y necesidad de reproducirnos. O, para verlo de una manera más romántica, con el amor.

Lo curioso del asunto es que, estructuralmente, la anandamida es muy similar al THC; al grado que ambas sustancias se acoplan a los mismos receptores del sistema endocannabinoide. Es decir, el amor provoca sentimientos muy similares a un viaje de cannabis.

El chocolate

Y si el amor provoca dichos sentimientos, no es de sorprenderse que el chocolate, tan vinculado a él, también aparezca en esta lista. Y es que el chocolate también contiene anandamida, así que no solo satisface el antojo por su sabor, sino que comerlo te hace sentir bien—literalmente. De hecho, muchos creen que la anandamida es precisamente la razón por la que al chocolate se le considera un afrodisiaco.

Sin embargo, hay que tener cuidado. Para alcanzar los niveles de los efectos del cannabis, habría que consumir cantidades industriales, lo cual resultaría en efectos opuestos: un malestar estomacal de antología. Con el chocolate aplica esa vieja regla: menos es más.

El queso

Y ya que estamos hablando de comida, el queso también tiene una sustancia que se encuentra en otras drogas—la caseína, una de la leche de los mamíferos. Esta puede activar los receptores de opioides del cerebro y, como resultado, provocar sensaciones similares a otros estimulantes como el cannabis.Pero ¿por qué el queso y no otros lácteos? La diferencia yace en que, por su proceso de fabricación, contiene una mayor concentración de caseína que otros productos de leche en los que se encuentra más disuelta.