El antojo, el THC y el CBD

El antojo, el THC y el CBD

El antojo, el THC y el CBD

El antojo, el THC y el CBD comparten un vínculo cercano. Y es que se sabe que el consumo de cannabis puede abrir un apetito voraz. Sin embargo, esto parece ser obra solamente del THC. El CBD parece tener un efecto totalmente distinto—incluso podría reducir el antojo en lugar de estimularlo.

¿Tienen los mismos efectos en el antojo el THC y el CBD?

No. La razón es porque el THC y el CBD actúan de manera distinta con el sistema endocannabinoide. Estructuralmente, el primero se parece mucho a los neurotransmisores que lo comprenden, como la anandamida. Por lo tanto, al ingerirlo, se acopla casi a la perfección a sus receptores, causando mensajes confusos y alterando el funcionamiento del sistema endocannabinoide.

El CBD, por otro lado, no se parece a los neurotransmisores y, en vez de acoplarse a los receptores, los bloquea, por lo que sus efectos son distintos. Para empezar, no es intoxicante como el THC, pero sí puede alterar algunas de las funciones más básicas que el sistema endocannabinoide suele regular. El hambre, entre ellas.

¿Por qué el THC causa antojo?

Principalmente, al interactuar con el sistema endocannabinoide, el THC altera nuestra percepción. Es decir, cómo procesamos la información que recibimos de nuestro medio ambiente, intensificando las sensaciones. Habrás notado que la música se escucha mejor bajo los efectos del THC; lo mismo ocurre con los sabores y los aromas.

Pero, además, por el proceso que discutimos anteriormente, los mensajes confusos que provoca el THC aumentan el apetito, no importa si nos acabamos de levantar de la mesa. Esta propiedad es tal que, incluso, se receta a pacientes de cáncer, cuyo tratamiento puede reducir peligrosamente el peso corporal.

¿Qué impacto tiene el CBD en el antojo?

En general, el CBD afecta al antojo de una manera totalmente opuesta. Al bloquear a los receptores del sistema endocannabinoide, evita que se active el sentimiento de hambre. Incluso hay quienes aseguran que, gracias a esto, regula los munchies que causa el THC.

De hecho, una de las propiedades del CBD que se está estudiando actualmente es su potencial como reductor de peso. Y es que, además de suprimir el hambre, también parece tener un impacto en nuestra eficacia para quemar grasas y producir insulina. Sin embargo, a falta de más estudios, aún no se puede asegurar nada al respecto.