Identificar buena marihuana por los pistilos
Además de cumplir una función biológica, algunas partes de la planta del cannabis sirven de alarma para que sepan cosas como si ya es momento de cosechar. Sin embargo, el consumidor común y corriente también puede beneficiarse de ellas. Puede, por ejemplo, identificar la buena marihuana por los pistilos, pues nos dan una pista de cómo fueron producidas las flores.
¿Qué son los pistilos de la marihuana?
Si alguna vez has observado de cerca una flor de marihuana, además de las delgadas hojas verdes que la cubren, habrás notado una especie de tentáculos. Estos generalmente son de un tono naranja, aunque también pueden ser de un color más oscuro—casi marrón—o incluso morado o púrpura.
Estos son los pistilos y, biológicamente hablando, tienen una función sexual. Describirlos como tentáculos no es tan desacertado como parece: es la manera en la que las flores atrapan el polen de las plantas macho para producir semillas.
Los pistilos también tienen una utilidad en el cultivo. Su color y tono sirven para determinar la maduración de las flores y cuándo es apropiado cosecharlas. Asimismo, se puede identificar la buena marihuana por los pistilos.
Identificar buena marihuana por los pistilos
Una vez que se cosecha la marihuana, los pistilos permanecerán del color que tenían cuando se separaron de la planta. Por lo tanto, una manera de identificar la buena marihuana—es decir, la marihuana de buena calidad—es fijarse en ellos, ya que deben tener un color sano.
Si el color de los pistilos está algo diluido, seguramente se trata de flores que fueron cosechadas antes de tiempo.
Es cierto que en algunas cepas estos pistilos son de un tono marrón. Sin embargo, este es muy distinto de ese que resulta de estar marchitos. Si los pistilos de una flor son de ese color ocre, seguramente se trata de marihuana seca o de mala calidad.
¿Qué pasa si consumo marihuana de mala calidad?
El término “mala calidad” se refiere a una variedad de defectos que pueden tener las flores de marihuana y que afectan de manera distinta al consumo. Las flores secas, por ejemplo, tienen un sabor áspero que puede causar dolor de garganta si se fuman. Adicionalmente, sus efectos son de poca intensidad o a veces inexistentes.
Las flores que son cosechadas antes de tiempo son demasiado jóvenes para consumirse. Su sabor y aroma no han tenido tiempo suficiente para madurar y son desagradables. Igual que ocurre con las flores secas, sus efectos son de baja intensidad.
También existen flores contaminadas, aquellas que aún contienen trazos de los fertilizantes sintéticos que se usaron en su cultivo. Desgraciadamente, en esta ocasión los pistilos no nos pueden ayudar a identificarlas.
