Cómo distinguir flores de buena y mala calidad

Cómo distinguir flores de buena y mala calidad

distinguir flores de buena y mala calidad

No hace falta volverse un consumidor experto para darse cuenta de que aprender a distinguir entre las flores de buena y mala calidad es una habilidad muy útil. Así se pueden evitar malas experiencias al consumir marihuana seca que irrita la garganta y provoca efectos desagradables. Sin embargo, quizá su mayor utilidad sea en la cosecha, pues al conocer la diferencia, los agricultores se vuelven capaces de producir marihuana de altísima calidad. Una que no solo hace del consumo un deleite, sino que también es mucho más segura.

¿De qué sirve distinguir las flores de buena y mala calidad?

Los fumadores primerizos suelen creer que solo hay un tipo de marihuana. Sin embargo, pronto se dan cuenta de que este no es el caso. Algunas flores provocan una experiencia muy agradable o más intensa; otras obligan a consumir más y provocan efectos más diluidos. Sobre todo, como lo notan quienes se vuelven catadores de cannabis, el sabor y el aroma no siempre son iguales.

Estos catadores pronto aprenden a distinguir las flores de buena y mala calidad. Por supuesto, esta habilidad sirve para un par de cosas. Evidentemente, sirve para saber si el producto que se compra vale el precio que tiene. La marihuana, especialmente cuando es parte de un hábito, no es barata, así que querrás asegurarte de que estás gastando bien tu dinero.

Distinguir entre las flores de buena y mala calidad también contribuye al cultivo personal. Los agricultores experimentados no solo conocen esa distinción, sino qué la causa y, por lo tanto, saben cómo ajustar su cultivo. De esta manera, se aseguran de producir un producto de alta calidad cada vez.

Características del cannabis dependiendo de su calidad

Afortunadamente, hay señales con las que uno se puede percatar de la calidad de las flores. En ocasiones, uno se puede dar cuenta hasta que las prueba y siente sus efectos; en otras, el mero aspecto es suficiente.

Flores de baja calidad

La marihuana del mercado ilegal suele provenir de flores de mala calidad. Es producida exclusivamente para obtener una ganancia monetaria, sin preocuparse mucho por refinar su sabor o aroma. La calidad de la marihuana que producen los agricultores primerizos también suele ser de mala calidad. A fin de cuentas, es muy difícil producir un producto refinado cuando no se tiene experiencia, y no hay cura para este “mal” que no sea seguirlo intentando.

Con frecuencia, se puede distinguir a las flores de mala o baja calidad solo por su aspecto: el poco cuidado que reciben tiene consecuencias. Su color es apagado y a veces hasta marrón y marchito.

Estas flores suelen estar empacadas por largo tiempo bajo condiciones poco favorables, por lo que se secan fácilmente. Como resultado, son más ligeras que las flores recién cosechadas, ya que no tienen muchos tricomas. Esta es la parte de la planta que produce esa resina viscosa que cubre las flores, por lo que, si no están pegajosas, es probable que sean de mala calidad. Esta resina contiene los terpenos, que le dan su aroma y sabor característicos al cannabis. Es decir, el perfume de las flores de mala calidad es imperceptible, o bien, reemplazado por un aroma a húmedo o a moho. Sobra mencionar que las flores secas, sin resina, tienen un sabor muy irritante y nada agradable cuando se fuman.

Otra sustancia que se encuentra en esa resina es el THC y los demás cannabinoides. En otras palabras, al no tener muchos tricomas, los efectos de las flores de mala calidad son mucho menos intensos. En ocasiones, incluso, están totalmente desprovistos de ellos.

Flores de calidad media

A diferencia del apartado anterior, la mayoría de las flores de calidad media se crean o fabrican con buenas intenciones. Son las cosechas de los agricultores que aún no reúnen la experiencia para ajustar su proceso y producir flores de alta calidad, a pesar de que suelen brindar toda su atención a sus cultivos. Es decir, estas flores son perfectamente decentes para consumirse pero incapaces de provocar experiencias memorables.

Su aspecto es muchísimo más sano que el de las flores de mala calidad, pues no están marchitas. Son de un verde de tono claro y están abrazadas por los famosos pistilos naranjas. No es raro que estén cubiertas de una delgada capa de tricomas que las hace pegajosas. También se deben poder apretar y deberían recuperar su forma original después de unos segundos.

Como su aspecto, su aroma también es el de una planta sana. Por supuesto, no huelen a moho y, por el contrario, ya se percibe ese famoso perfume de la marihuana, aunque no demasiado fuerte. Su sabor, al fumarla, es agradable y no lastima demasiado la garganta. Sus efectos, al contener tricomas sanos—donde, recordemos, vive el THC—, son bastante más intensos que los de las flores de baja calidad.

Flores de alta calidad

Las flores de marihuana de mejor calidad suelen encontrarse en aquellos lugares donde el consumo y la venta es legal—es decir, en dispensarios o cafés—, pues los agricultores no tienen ninguna restricción para que sus productos sean de la mejor calidad posible.

Distinguir entre las flores de buena y mala calidad se vuelve más sencillo cuando se considera que las primeras son más grandes y sus hojas suelen estar perfectamente recortadas. Sus pistilos suelen ser de un naranja más brillante, aunque depende de la cepa, pero la característica más obvia son los tricomas. Algunas flores incluso parecen estar cubiertas de escarcha.

Por supuesto, son flores extremadamente pegajosas y capaces de dejar los dedos cubiertos de resina e incluso se sienten húmedas (aunque no es recomendable manipularlas así para no estropear su calidad). Su aroma y sabor también es mucho más intenso—se recomienda ser lo más discreto posible.

Finalmente, los efectos son tan puros que se pueden predecir y, de acuerdo a la cepa, las experiencias pueden ser muy distintas una de la otra. Incluso se pueden disfrutar los efectos no intoxicantes de las cepas que solo contienen CBD.