Las distintas experiencias de fumar y vapear

Las distintas experiencias de fumar y vapear

Las distintas experiencias de fumar y vapear

Parece una obviedad siquiera mencionar las distintas experiencias de fumar y vapear cannabis. Claro que lo son, dirán algunos: inhalar humo y vapor son dos actividades que se parecen, pero involucran cosas muy diferentes. Sin embargo, dicha distinción involucra cosas que, al principio, no nos imaginamos. Para empezar, afectan la manera en la que se absorben los cannabinoides.

¿Son distintas las experiencias de fumar y vapear?

No nos necesitas para saber que fumar y vapear son dos actividades distintas y que ofrecen distintas experiencias. Obviamente, en una se inhala vapor de cannabis, y en la otra, humo. Sin embargo, muchos se quedan estancados cuando se les pide explicar más allá.

Ambas involucran exponer al cannabis a una fuente de calor que, de una u otra manera, lo desintegra para inhalarlo. Pocos saben que la mayor distinción entre ambos yace en la temperatura.

La vaporización es menos caliente que la combustión, por lo que los compuestos reaccionan de manera distinta. La vaporización solo altera el estado de la materia de los concentrados de cannabis—de líquido a gaseoso—, mientras que la combustión altera la composición de la flor.

Cómo la vaporización y combustión afectan al THC

La temperatura no siempre es proporcional a la intensidad. Y es que ésta afecta directamente la cantidad de THC que absorbemos. Las partículas de THC en el vapor y en el humo no son del mismo tamaño y, evidentemente, absorberemos más THC con partículas más grandes. Y éstas, sorpresivamente, ocurren en el vapor.

Además, no inhalamos todo el humo cuando se trata de productos para fumar. Mucho termina desperdigado en el ambiente, ya sea porque el medio de consumo humea, o porque lo exhalamos. Al hacerlo, “desperdiciamos” THC.

Las distintas experiencias de fumar y vapear

Lo anterior, entonces, quiere decir que las distintas experiencias de fumar y vapear yacen en que una es más intensa que la otra. De hecho, ya se han llevado a cabo estudios que concluyen que el vapor es más intoxicante que el humo.

Aun así, los consumidores parecen preferir la experiencia de fumar a vapear. Una explicación puede ser por los compuestos que contiene el humo. En éste encontramos una mayor concentración de monóxido de carbono, el cual también produce una serie de efectos extras que no se experimentan con el vapor.

Otra explicación podría ser tan simple como el sabor. Quizá los fumadores prefieren uno al que se han acostumbrado a aquél, más nuevo y puro, del cannabis vaporizado.