Los tres mercados del cannabis
Cada vez existe una mayor cantidad de productos derivados del cannabis—especialmente desde su legalización en algunos estados de Estados Unidos y en Canadá. Como resultado, su mercado, que solía estar enfocado solo al consumo recreacional, se ha expandido bastante. Tanto, de hecho, que ya no se le puede considerar uno solo. Vamos a tratar de definir a los tres mercados del cannabis.
Los suplementos alimenticios
Poco a poco van surgiendo suplementos alimenticios derivados del cannabis, especialmente aquellos hechos a base de CBD. Y es que el sistema endocannabinoide tiene una gran cantidad de receptores en el aparato digestivo. Gracias a ello, los suplementos alimenticios podrían ser una gran manera de aprovechar los beneficios del cannabis.
De los tres mercados del cannabis, estos son los productos que se encuentran más fácilmente. Incluso en lugares donde el consumo de cannabis continúa estando prohibido ya están a la venta en establecimientos como farmacias o tiendas naturistas. Empiezan a considerarse como otros productos del estilo, como el aceite de pescado o las píldoras de magnesio.
El cannabis medicinal
El cannabis medicinal está un escalón arriba de los suplementos alimenticios; contiene los mismos beneficios, pero mucho más especializados. En vez de prevenir, el mercado de cannabis medicinal se ocupa de tratar males y enfermedades específicas. Ya lo empezamos a ver: algunos pacientes de quimioterapia reciben tratamientos de cannabis para disminuir sus efectos secundarios, como las náuseas.
De los tres mercados del cannabis, el medicinal es en el que los productos son sometidos a pruebas más minuciosas por obvias razones. Los enfermos son más susceptibles a infecciones o a malas reacciones por su disminuido sistema inmunitario. Además, de los tres, es el que menos debería estar sujeto a pagar impuestos.
El cannabis recreativo
Es lógico considerar al mercado recreativo como el más extenso de los tres. También, quizá, sea el más polémico, ya que está abierto a todo aquel que quiera consumir, siempre y cuando tenga la mayoría de edad.
Igual que las bebidas alcohólicas o el tabaco, en este caso los productos no son sometidos a exámenes tan rigurosos como los medicamentos. Solo aquellos para asegurarse que su consumo es seguro, dejando el riesgo a los consumidores.
En cuanto a impuestos, actualmente hay una polémica que envuelve a los dispensarios y tiendas dedicadas al cannabis. Algunos creen que se les cobra demasiado; tanto que no permiten que el comercio pueda sobrevivir.