Meditación con cannabis: meditación de mirada fija

Meditación con cannabis: meditación de mirada fija

Vivir en este mundo, en esta época, a veces puede ser difícil. Siempre es recomendable tomarte un tiempo para ti mismo de vez en cuando; buscar una existencia temporal fuera de esta realidad. A veces no es tan sencillo, ya que los estímulos externos nos persiguen hasta en la privacidad de nuestras casas. En casos así, el cannabis puede ayudar. Aquí te decimos cómo combinarlo con la meditación de mirada fija.

¿De qué sirve meditar?

El mundo está programado para estimularnos continuamente, desde los anuncios de los productos que quieren vendernos hasta las noticias que leemos. Eso, sin contar las preocupaciones y estrés de la vida diaria. Es por eso por lo que, tarde o temprano, muchos necesitamos un tiempo afuera de esta existencia para analizar y replantearnos cosas; para recordar por qué hacemos lo que hacemos. Y, no menos importante, para relajarnos.

La meditación puede ayudar a la salud, tanto mental como física; reducir la ansiedad, eliminar los pensamientos negativos y hasta relajar músculos individuales del cuerpo. Claro, no siempre es sencillo. A veces, la mente necesita ayuda. Es por eso por lo que muchos incorporan el cannabis a su meditación.

Qué cepa usar para la meditación de mirada fija

Para la meditación de mirada fija se recomiendan cepas que promuevan la concentración y mejoren el humor, como la Double Dream. La Double Dream tiene un sabor frutal—a moras—y especias. Promueve la relajación inhibiendo, además de la ansiedad y el estrés, el dolor, la inflamación y las náuseas.

Cómo hacer meditación de mirada fija con cannabis

Antes de comenzar a meditar, trata de eliminar todos los estímulos externos—como tu celular, por ejemplo—dentro de lo posible.

La meditación de mirada fija se centra alrededor de fijar la mirada en un objeto. La flama de una vela o las ondas en el agua son los más comunes, así como un mandala.

Inhala tu cannabis y siéntate en una posición cómoda en la que puedas permanecer largo rato, como con las piernas cruzadas sobre algo suave, un cojín. Fija la mirada en el objeto de tu elección, concentrándote en los detalles, como su movimiento, en caso de que se mueva. No fuerces la mirada; déjala que descanse sobre el detalle que llame tu atención.

Relaja tu respiración; lenta y profunda. Con la mirada fija en el objeto intenta salirte de la realidad junto con él, como si solo tú y él existieran. Permanece así el tiempo que sea necesario, hasta que te sientas preparado para volver a esta realidad.