Consejos para ocultar tu consumo

Consejos para ocultar tu consumo

Tal vez consumas un poco para relajarte antes de una entrevista de trabajo importante o, simplemente, no quieres llamar mucho la atención. Hay mil y una razones para ocultar tu consumo de cannabis, sin importar si vives en un lugar donde es legal o no. Aquí te dejamos algunos consejos.

Gotas para los ojos y lentes de contacto

Es prácticamente imposible fumar cannabis sin terminar con un par de esferas de navidad en la cara donde solían estar tus ojos. Es, quizá, el efecto secundario que más delata a los consumidores, lo cual causa un par de problemas, y una característica que dificulta ocultar tu consumo.

Obviamente, en lugares donde el consumo de cannabis aún es ilegal, los ojos navideños atraen un tipo de atención indeseada que todos quisiéramos evitar. Sin embargo, aunque no parecería ser un problema en lugares donde el consumo es legal, la atención no deja de ser indeseada. Aún considerado tabú por muchos, las miradas acusadoras pueden colmar la paciencia.

Sin embargo, la razón por la que los ojos se ponen de ese color es la misma de cualquier irritación, y se resuelve con facilidad. Las gotas para los ojos vienen en botellas pequeñas, fáciles de guardar y transportar. Además, no son muy caras. Cualquier consumidor haría bien en tener una a la mano en todo momento.

Desgraciadamente, no es una solución absolutamente perfecta. Lo más probable es que, después de unas horas, vuelvan los efectos (especialmente si eres consumidor frecuente). Intenta siempre traerlas en tu bolsillo.

El cannabis no solo irrita, sino también seca. Las desventajas oculares no se limitan a los ojos rojos. Los ojos secos no suelen ser mucho problema—excepto para aquellos que usan lentes de contacto. Si perteneces a este desafortunado grupo, para evitarte momentos de mucha incomodidad, junto con las gotas para los ojos, intenta siempre tener gotas hidratantes para tus lentes de contacto.

Consejos para ocultar el aliento a cannabis

Otra característica del consumidor frecuente—especialmente del fumador frecuente—es el mal aliento. Quisiéramos que no; pero, desgraciadamente, cualquiera que sea la cepa de tu preferencia, los demás no disfrutarán el mismo aroma al olerlo de tu boca que cuando lo inhalaste. Aunque tengas un olor de boca poco atractivo en lugares donde el cannabis es legal, para la vergüenza no hay cura.

Afortunadamente, existen toda clase de chicles, dulces, pastillas y demás para curar la halitosis para ocultar tu consumo con todo tipo de sabores, así que realmente no hay excusa.

Si tu problema es más serio de lo que un simple chicle puede curar, también puedes usar productos más clínicos. Las láminas de enjuague bucal tienen excelentes resultados.

Desinfectante y crema para las manos

Las manos son herramientas esenciales para los consumidores de cannabis, ¿de qué otra manera podrías desmoronar la flor para preparar tu medio de consumo favorito? Hay que hacerlo incluso cuando usas un molino… y además tienes que operarlo.

Por eso, no debes sorprenderte si, después de consumir cannabis por un tiempo, descubres que te estás convirtiendo en Hulk. No nos referimos a la fuerza sobrehumana (probablemente no desarrolles fuerza sobrehumana), pero sí tendrás un bello tono de verde.

Y el color verde corporal no es bien visto por nadie. En el mejor de los casos, te preguntarán si tienes náuseas cada tres minutos; en el peor… no queremos ni pensar que harán contigo el FBI y la CIA.

Por suerte, el tinte del cannabis no es permanente y sale prácticamente con cualquier crema para las manos. Solo échate un poco y frótala por toda la superficie, especialmente entre los dedos.

Las cremas tienen un problema, sin embargo; algunas causan resequedad y, como vimos anteriormente, como consumidores de cannabis, ya tenemos suficiente de eso. Por ello, entre tu arsenal siempre debe de haber una botella de crema humectante.

Ocultar tu consumo con toallas humectantes

Todos consumen una cantidad distinta de cannabis; algunos prefieren las cepas con mayor contenido de THC. En ocasiones, sus efectos dejan al consumidor tirado en el sofá y no es sino hasta muchas horas después que empieza a recobrar la conciencia. ¿Y qué hacemos entonces? O bien, ¿qué hacemos si queremos recobrar la conciencia un poco antes?

Ir al baño a mojarte la cara siempre es un método efectivo. Solo échate agua en las manos y hunde la cara en ellas por unos momentos antes de repetir la acción. Después de unas cuantas salpicaduras, estarás lo suficientemente despierto como para funcionar normalmente (o actuar normalmente).

Ya habrás visto el problema. Los lavabos son todo menos portátiles. Claro que puedes—si estás en la calle—entrar a algún establecimiento, pero muchos tienen la pésima costumbre de no prestar sus baños a menos que consumas algo. Además, recorrer un establecimiento comercial bajo los efectos de una fuerte cepa de THC quizá no sea la mejor idea.

Para eso están las toallitas húmedas. Ya sabes de cuáles; las usan mucho los papás para limpiar a sus hijos sin necesidad de meterlos a la regadera. Una frotadita con una y quedarás más fresco que una lechuga.

Usa loción para ocultar tu consumo

Todo el que fuma tiene que lidiar con esto: el olor que adquiere la ropa y que delata todos nuestros hábitos. Sabemos, también, lo difícil que es eliminarlo. Hay un sinfín de maneras para hacerlo, pero hay un aspecto que éstas no toman en cuenta: el olor corporal.

Puedes lavar tu atuendo todo lo que quieras, dejar remojándolo por meses enteros y eliminar totalmente el olor; pero, si fumaste hace tres minutos, tu cuerpo seguirá delatándote sin ninguna culpa. La solución es simple: solo usa tu colonia favorita o espray corporal preferidos. La intensidad de su perfume depende de la cantidad de cannabis que consumas. Intenta con varias marcas y presentaciones hasta que encuentres el que te ayude a integrarte a la multitud sin un radio de un par de metros a la redonda.