¿Por qué el cannabis causa antojo?
Munchies—es uno de los efectos secundarios más famosos y humorísticos de consumir cannabis; pero también es uno de los más curiosos. ¿Por qué causa antojo? Y no es cualquier antojo. Aquellos que lo experimentan reportan que es brutal; que podrías comerte lo que te pongan enfrente. Incluso hay casos de personas que han ordenado cantidades industriales de comida y algunos restaurantes donde la marihuana es legal ya han empezado a tomar ventaja de ello. Pero, ¿qué lo causa?
La ciencia de por qué el cannabis causa antojo
Los cannabinoides interactúan directamente con los receptores de nuestro cerebro y afectan la manera en la que las neuronas se comunican entre ellas. Esto es lo que nos causa los efectos tan diversos, como que nos cambie el humor o el estado de ánimo. También es la causa por la que ocurren los efectos secundarios, como el aumento del apetito.
Específicamente, el hipotálamo es la parte del cerebro que regula en gran parte la actividad de comer entre otros instintos. No solo es responsable de avisar que tenemos hambre por diversas señales, sino, por el contrario, de hacernos parar de comer porque ya nos sentimos satisfechos.
La interacción de los cannabinoides que consumimos con el cannabis con los receptores al interior del hipotálamo es curiosa. Cuando los activa, provoca que aquellos que se ocupan de avisar que ya estamos llenos cambien de parecer y produzcan endorfinas, y las endorfinas se encargan de avisar que no hemos comido.
Es decir, el cannabis causa antojo porque nuestro cerebro cree que estamos pasando hambre y no le importa que nos estemos levantando de la mesa—literalmente. Hay gente que ha sido sorprendida por un ataque de munchies a solo minutos de haber terminado de comer.
El cannabis causa que disfrutes más la comida
Sin embargo, una vez que el antojo haya causado que abusemos sin recato de aplicaciones como Rappi y hayamos creado una convención de sus repartidores a la entrada de nuestra casa, la relación entre el cannabis y la comida no se termina allí. Apenas está comenzando.
Además del hambre que causa, quienes comen aún bajo los efectos del cannabis exacerban el placer de comer a niveles insospechados.
Aunque esto puede causar una monumental cruda moral en algunos, para otros, éste es uno de los grandes atractivos del cannabis, y la razón por la que lo consumen. Y es que, de por sí es placentero comer, ¿quién no querría exacerbarlo?
El THC y la ghrelina
Entre los múltiples efectos que causa en el cuerpo, el THC es el principal sospechoso que estimula la producción de ghrelina, una hormona que regula la alimentación. Es decir, otra manera en la que el cannabis afecta el hambre y el antojo
Pero, además, la ghrelina también está presente cuando metabolizamos carbohidratos. Así que, al aumentar su producción, no solo sentimos un hambre que pueda satisfacerse con cualquier comida, sino que, gracias al cannabis, buscamos productos ricos en carbohidratos específicamente, como panes y pastas.
El cannabis causa antojo porque el THC aumenta el olor y sabor de la comida
Pero hay otros factores por los que la comida se vuelve irresistible cuando estamos bajo los efectos del cannabis, ya que, además de estimular las funciones que tienen que ver con el antojo, también lo hace con otras que tienen que ver con la percepción.
Más específicamente, el THC estimula los bulbos olfatorios, que se encuentran en la parte inferior del cerebro y se conectan a la nariz. Son los receptores encargados de transportar los estímulos del sentido del olfato. Al sobrecargarlos, el THC nos hace más susceptibles a las señales que reciben.
O sea, en términos más sencillos, hacen que percibamos los olores que emiten la pizza de jamón o el pastel de chocolate como un manjar enviado por los mismísimos dioses culinarios directo del jardín del Edén.
El cannabis y comer aumentan la liberación de dopamina
Debemos estar conscientes de que el cannabis provoca que liberemos dopamina—que nos hace sentir bien en general—más de lo normal para no ocasionar un exceso por tiempo prolongado.
En cantidades limitadas, este sentimiento de placer es uno de los más buscados al consumir cannabis. Su relación con el comer cobra sentido cuando nos enteramos de que comer también libera dopamina (algo que también debemos evitar hacer en exceso).
La liberación combinada de estas dos acciones hace que nuestra relación con la comida se fortalezca y realmente disfrutemos la ingesta de alimentos.
Finalmente, el cannabis también nos hace más susceptibles a las texturas, una parte esencial al comer.