¿Por qué el THC es intoxicante?
Sabemos que es el cannabinoide que nos provoca los efectos más comunes del cannabis; pero, ¿por qué el THC es intoxicante? Tiene que ver con su similitud estructural con la “molécula de la felicidad” y cómo interactúa con nuestros receptores del placer.
¿Cómo actúan los cannabinoides en el cerebro?
Nosotros, así como cannabis y otras plantas, también producimos cannabinoides como parte de nuestro sistema endocannabinoide, un sistema de sustancias y receptores que regula nuestras funciones más básicas, como comer, dormir, etc. Algunos receptores—los CB2—los tenemos repartidos por todo nuestro cuerpo; otros, los CB1 viven en nuestro cerebro.
¿Por qué el THC es intoxicante?
Entre sus neurotransmisores, nuestro sistema endocannabinoide produce anandamida, que, con frecuencia, es llamada “la molécula del placer”. Y es que regula nuestra respuesta a cosas que, precisamente, nos causan placer, como comer o el sexo.
Se une a nuestros receptores, embonando a la perfección, y les ordena que envíen respuestas placenteras. El THC es estructuralmente muy similar a la anandamida, por lo que embona en los mismos receptores y provoca respuestas similares, mas no idénticas.
Las señales que mandan nuestras células bajo los efectos del THC son distintas—un tanto confusas—a las de la anandamida, por lo que nuestra percepción se altera.
¿Por qué el THC puede causar efectos secundarios desagradables?
Aunque esta es la manera en la que el THC actúa en la mayoría de los cerebros, en otros puede actuar distinto. Por sus propiedades bidireccionales, si se ingiere en dosis altas, el cannabis puede provocar efectos secundarios muy desagradables, totalmente contrarios a los que buscamos.
Además, algunas tienen una reacción totalmente contraria al THC que los demás. Una de cada cinco personas produce menos de una enzima llamada FAAH, lo cual provoca que la anandamida se desintegre más lentamente. El efecto que produce el THC, entonces, en lugar de encender los receptores de placer, es provocar esos efectos secundarios desagradables con una dosis mínima.