¿Qué son los extractos de cannabis?

¿Qué son los extractos de cannabis?

El cannabis puede ser la planta más versátil de todo el mundo. Sin contar los productos que podemos hacer con sus fibras, con solo cosechar y secar su flor se nos abre un amplísimo espectro de posibilidades para su consumo. Podemos fumarla, comerla, o convertirla en un ingrediente. Todas resultan en efectos similares por la mezcla de sus compuestos. Sin embargo, también es posible aislar algunos de ellos para crear productos por separado. Estos son los extractos del cannabis, también llamados concentrados.

¿Qué son los extractos de cannabis?

Evidentemente, el cannabis contiene diversos químicos, como los cannabinoides, terpenos, flavonoides, alcaloides, etc. Y, cuando lo consumimos, ingerimos una mezcla de todos ellos. Pero cada uno puede aislarse en su propio producto de consistencia determinada; un producto mucho más concentrado.

¿Cómo se obtienen los extractos de cannabis?

Hay muchas maneras de hacer extractos o concentrados que requieren distintos químicos, como el butano, propano o dióxido de carbono—entre otros—. Estos son capaces de aislar los distintos compuestos del cannabis, como los cannabinoides o los terpenos. El producto resultante de este proceso puede ser de distintas consistencias; sólido, para romperlo en pedazos (también llamado con el término en inglés: shatter), cera o aceite.

Diferentes tipos de extractos de cannabis

En general, los extractos de cannabis son de dos tipos: de espectro completo o puros. El primero incluye a todos los compuestos de la planta; es decir, los mismos que consumimos al fumarlo o comerlo, solo que en una forma más concentrada. Los concentrados puros, por otro lado, son sustancias de compuestos específicos, como THC o CBD.

¿Para qué se usan los extractos de cannabis?

Los extractos de mariguana o cannabis se utilizan básicamente para lo mismo que la flor de la mariguana y se pueden consumir de la misma manera o de maneras muy similares. La gran diferencia es que, al ser concentrados, son capaces de otorgar los mismos efectos que en su consumo normal, pero usando una menor cantidad. Esto significa que los efectos pueden ser rápidos y exacerbados. Métodos como el dabbing, por ejemplo, no son recomendados para consumidores principiantes.