Relación entre el cannabis y el metabolismo
En los últimos años se han ido investigando las posibles propiedades dietéticas del cannabis. Y es que tal vez existe una relación entre el cannabis y el metabolismo, la cual, incluso, podría ocurrir por más de un frente. Podría ser a nivel celular, afectando el funcionamiento de algunos de sus órganos, como la mitocondria. O bien, algo tan simple como suprimir el apetito. Solo el tiempo—y los estudios—dirán y veremos dietas basadas en cannabis.
La relación entre el sistema endocannabinoide y el metabolismo
Sabemos que el sistema endocannabinoide juega un rol en funciones corporales de todo tipo que son indispensables para su funcionamiento óptimo. Por ejemplo, regula cosas como el estado de ánimo, el humor, el sueño o el hambre, entre muchas otras. También las respuestas a “ataques” externos, como las heridas o alguna enfermedad, como es el caso de la inflamación o el aumento de la temperatura.
El cerebro y el sistema nervioso central no son los únicos órganos que afecta el sistema endocannabinoide. Los neurotransmisores y receptores que conforman su red están presentes en otros sistemas, como el digestivo. Por lo tanto, el sistema endocannabinoide también regula cosas como el transporte de nutrientes y el almacenamiento de energía, tan ligados al metabolismo.
Además de ser parte fundamental de este sistema tan extenso, los receptores del sistema endocannabinoide también son la razón de los efectos del cannabis. Al poderse acoplar a ellos, el THC actúa como un neurotransmisor más. Los receptores interpretan su mensaje confuso y actúan de manera inusual. Por eso sentimos hambre aunque acabemos de comer o se altera nuestra percepción del tiempo.
Esta alteración también podría afectar funciones como el metabolismo, la velocidad a la que procesamos los componentes de los alimentos, y ayudar—o perjudicar—la pérdida de peso.
La relación entre el cannabis y el metabolismo
Solo falta consumir cannabis unas cuantas ocasiones para descubrir por lo menos una manera en la que está relacionado con el metabolismo: los munchies.
Como lo mencionamos arriba, los efectos del cannabis pueden producir un antojo animal aunque hayamos comido hace escasos momentos: los mensajes que provoca el THC son confusos. Por si esto no fuera suficiente, sin embargo, también hace que la comida sepa—y se sienta—mejor.
En general, el sabor de los carbohidratos y los azúcares (que, en términos estrictamente nutricionales, son lo mismo) se intensifica si se consumen junto con THC. Lo mismo ocurre con la textura de los alimentos, pues el cannabis nos vuelve más sensibles. Es la razón por la el arte en general se disfruta más bajo los efectos del cannabis.
Podría creerse, entonces, que la obesidad afecta a la gran mayoría de los consumidores, pero el caso parece ser el opuesto. De hecho, parece ser que son menos propensos a sufrirla. No es solo una opinión, o un reporte conveniente que proviene de los consumidores, sino algo que ya ha sido estudiado.
La relación entre el CBD y el metabolismo
Entre los componentes de la planta posiblemente responsables de afectar nuestro metabolismo, el CBD parece ser el principal sospechoso. Aunque faltan más estudios para asegurarlo, se cree que podría afectarlo de cuatro maneras distintas. Si esto llevará a un nuevo mercado de productos dietéticos basados en CBD—u otros cannabinoides—está por verse.
La función mitocondrial
Decimos que los carbohidratos y los azúcares son—nutricionalmente—la misma cosa por cómo opera la mitocondria. Éste órgano celular convierte en energía a las sustancias de nuestros alimentos, como a los carbohidratos en azúcar. También procesa la grasa y las proteínas.
Cuando la mitocondria no funciona correctamente por un desbalance o un desequilibrio, afecta la velocidad a la que podemos perder peso. Es decir, ralentiza el metabolismo. Cuando esto ocurre, el primer paso es corregir este desbalance. Es posible que el CBD sea capaz de restaurarlo y regresar a la mitocondria a una actividad óptima.
La grasa parda
Antes creíamos que toda grasa provocaba aumento de peso y colesterol y, por lo tanto, era perjudicial para la salud. Ahora que se ha estudiado un poco más, sabemos que hay grasas que, de hecho, son beneficiales y que no todas son iguales.
En general, existen dos tipos: la blanca y la parda. Nuestro cuerpo usa la grasa blanca para proteger a los órganos y evitar que muramos de hambre. Es decir, sirve para almacenar energía extra y la suministra cuando se vuelve necesario. También es la más abundante de las dos. La grasa parda, por otro lado, genera calor y quema calorías. La buena noticia es que aparentemente, es posible convertir una en otra.
Por lo menos un estudio ha investigado la posibilidad de que el CBD provoque dicha conversión. Es decir, que las células adiposas blancas se transformen en adipocitos marrones. De confirmarse, una rutina de dieta y ejercicio con CBD podría fomentar la quema de calorías.
La insulina
El exceso de insulina en el torrente sanguíneo evita quemar grasa eficazmente. Este exceso puede ser provocado por un consumo exagerado de azúcares.
Ya dijimos varias veces que el cuerpo convierte a los carbohidratos que consumimos en azúcares. Esto es después de que el hígado los procesa. Cuando percibe que son demasiados, los convierte, en vez de azúcar, en insulina.
Actualmente se está estudiando al CBD como tratamiento en contra de la diabetes para controlar el exceso de insulina. Es decir, si sus propiedades pueden reducir sus niveles en la sangre, lo cual puede ser muy peligroso. De ser así, potencialmente podría resultar en un tratamiento dietético.
Reducción del apetito
Arriba ya dijimos que es común que el cannabis abra el apetito. Sin embargo, esto es a causa del THC; el CBD podría tener el efecto opuesto. Dada la evidencia anecdótica de los consumidores de cepas y extractos de este cannabinoide, ya se han diseñado estudios con animales para intentar observar estas posibles propiedades. A fin de cuentas, los supresores del apetito son medicamentos que poco a poco han ido adquiriendo popularidad para bajar de peso.