¿Cómo afecta la jardinería a las cepas?

¿Cómo afecta la jardinería a las cepas?

Una manera de manipular el desarrollo del cannabis es por cómo afecta la jardinería a las cepas. Así como puede influir en su sabor y potencia, también puede resultar en plantas ideales para todo tipo de cultivo. Con puras técnicas de jardinería, un agricultor puede desarrollar, por ejemplo, plantas pequeñas con flores grandes que, además, florecen en unas cuantas semanas—un cultivo interno ideal.

¿Cómo afecta el cultivo en tierra a las cepas?

Cultivar en tierra ofrece muchas ventajas para el agricultor primerizo. Primero que nada, les da estabilidad a las plantas a lo largo de todo su ciclo de vida. Además, las preparaciones ya incluyen una mezcla de nutrientes “base” que incluso son suficientes para que la planta crezca y se desarrolle sin ayuda.

Claro que al diseñar cepas se busca desarrollar e inhibir características específicas de las plantas, lo cual requiere una manipulación más avanzada, pero la tierra es, por lo menos, un excelente primer escalón. Tanto, que muchos agricultores expertos la prefieren a los sistemas hidro y aeropónicos.

Sistemas hidropónicos y aeropónicos

Los sistemas hidropónicos y aeropónicos, por otro lado, no utilizan tierra, sino medios de cultivo alternos, más porosos (fibra de coco, rockwool) o, incluso, agua y aire.

Aunque no son tan “automáticos” como la tierra, sí permiten una manipulación mucho más específica. El líquido nutrimental se aplica directamente a las raíces de las plantas, permitiendo que germinen antes de lo normal. Además, al decidir qué nutrientes aplicar en mayores y menores cantidades le permite al agricultor alterar el sabor y potencia de las plantas, así como su tamaño, a placer.

¿Cómo afecta la jardinería a las cepas?

Evidentemente, como estamos hablando de plantas, la jardinería es esencial en cualquier cultivo de cannabis. Esto es especialmente importante—mas no exclusivo—en los cultivos internos, donde el espacio es limitado.

Solamente con una cuerda o lazo se puede dirigir unas ramas para que no estorben a otras y así maximizar la cantidad de luz que recibe toda la planta. Esencialmente, es la misma función que recortar las hojas. Ambas técnicas redirigen la energía que gasta la planta, buscando que dé un tamaño y número determinado de flores.

Otras técnicas fuerzan a las plantas a florecer más temprano de lo normal, lo cual suele resultar en plantas más pequeñas, pero con flores grandes y abundantes.