Guía: Cómo Colocar las Primeras Luces en un Cultivo
Comenzar un cultivo interno puede ser muy intimidante para alguien que nunca lo ha hecho. Mientras que acciones como regar y usar fertilizantes y nutrientes se entienden bastante fácil, las luces son un poco más complicadas. Decidir cuáles usar y cómo colocarlas depende de muchas cosas, como la cepa que se va a cultivar y el espacio de cultivo. Por eso, en esta guía te explicamos los primeros pasos a tomar para colocar las primeras luces en tu cultivo interno.
¿Para Qué Sirven las Luces en un Cultivo?
En los cultivos externos, la luz es totalmente automática. El ciclo solar se encarga de proveer a las plantas con la cantidad suficiente, así como variarla cuando llega el momento propicio, siempre y cuando se haya plantado en la fecha indicada. La iluminación de un cultivo interno, por lo tanto, trata de imitar este ciclo. No solo para cultivar en cualquier época del año, sino para tener más control y conseguir flores más gordas y jugosas.
Por supuesto, no se trata de un truco de magia. Esto ocurre gracias a ese proceso con el que tanto insistieron nuestros maestros de la escuela: la fotosíntesis. En caso de que no recuerdes de qué se trata, aquí tienes un repaso rápido. La fotosíntesis es la manera en la que las plantas producen energía al convertir la materia inorgánica en orgánica gracias a la luz. Afortunadamente para nosotros, las plantas no distinguen entre la luz del sol y la de unas cuantas lámparas.
Sin embargo, no es tan sencillo como suena; no se recomienda el uso de cualquier lámpara. Para obtener el mejor resultado, las plantas deben recibir luz por lo menos durante 16 horas sin interrupción, pero los focos también aumentan la temperatura y disminuyen la humedad. La distancia entre éstos y las plantas también es importante. Por eso, colocar las primeras luces en un cultivo es algo que muchos agricultores primerizos encuentran intimidante.
Las Primeras Luces en un Cultivo: LEDs
No es exageración decir que la tecnología actual ha alcanzado metas realmente impresionantes, y uno de esos avances sin duda pertenece a las LEDs. Estos pequeños focos pueden emitir luz a altas intensidades y así facilitan la vida a quienes están aprendiendo cómo colocar las primeras luces en un cultivo de cannabis.
Una de sus mayores ventajas es que, a pesar de emitir la luz suficiente para producir una buena cosecha, iluminan a baja temperatura. Esto no solamente ayuda a mantener la buena salud de las plantas, sino también a mantener los costos bajos.
Por ejemplo, las temperaturas bajas no evaporan tanta agua, lo que hace que el programa de riego sea más sencillo de seguir, pues el agua permanece más tiempo en el sustrato. Esto también conduce a un riego más eficiente, pues muchos utilizan abono y fertilizantes en el agua para las plantas. Al evaporarse rápidamente, el agua deja una gran concentración de nutrientes en el sedimento que las plantas absorben, lo cual puede ocasionar un bloqueo.
LEDs y las Quemaduras
Otro de los problemas del calor que emiten los focos convencionales es que pueden provocar quemaduras en las plantas. La solución es alejarlas, pero eso también disminuye la intensidad lumínica a la que están expuestas y que necesitan para producir sus flores. La baja temperatura de las LEDs nos permite acercarlas más, dándonos un espectro de opciones mucho más amplio cuando se trata de colocar las primeras luces en un cultivo.
LEDs y la Cuenta de Luz
Finalmente, está el tema económico. Los cultivos internos suelen depender de la automatización, lo cual, si bien facilita el proceso, aumenta la cuenta de luz. Cuando aumenta la temperatura del cultivo en general, ésta debe balancearse para mantener la buena salud de las plantas. Más temperatura se traduce en menos humedad, por lo que se requiere un humidificador, más ventiladores para reducirla y más agua. En fin, las luces LED pueden ayudarte a mantener la cartera un poco más llena.
¿Son Caras las Luces LED?
El precio de todos los tipos de lámparas varía mucho. Algunas son extremadamente baratas y otras carísimas. Generalmente, en cuanto a las LEDs, si las lámparas cuestan unos cuantos cientos de pesos mexicanos, suele ser una señal de su baja intensidad. Mientras esto quiere decir que emiten poco calor, se requiere de un gran número para producir la luz necesaria. A la larga, el gasto puede ser mayor que comprar mejores lámparas. Además, este tipo de lámparas se funden fácilmente y no hay manera de cambiarles el foco; hay que comprar una nueva.
Otras cuestan miles de pesos. Éstas son muy duraderas y su intensidad es más que suficiente, pero también emiten mucho calor y aumentan la cuenta de luz. Lo más recomendable es conseguir lámparas de gama media, pues los cultivos internos no suelen requerir de luces industriales.
Colocar las Primeras Luces de un Cultivo
Es la primera pregunta que se hace todo agricultor primerizo sobre cómo colocar las luces en un cultivo: ¿cuánta luz necesito? Desgraciadamente, no existe una sola respuesta, pues depende de muchas cosas. La primera, qué tan grande es el espacio de cultivo y, no menos importante, cuántas plantas se van a cultivar. No es lo mismo, en otras palabras, un espacio de 1 x 1 metros que contiene 1 planta que uno de igual tamaño que contiene 20.
La colocación también cuenta, pues las plantas pueden hacerse sombra unas a las otras. En cuyo caso, la iluminación lateral o incluso inferior puede ser más eficiente que una superior. Una fórmula general que se puede seguir al principio es calcular 550 watts por cada metro cuadrado de espacio de cultivo.
Automatiza el Horario de Iluminación
Colocar las primeras luces en un cultivo interno no significa afortunadamente prenderlas y apagarlas manualmente cada vez que sea necesario. Hoy en día existen temporizadores que se pueden programar fácilmente para que lo hagan de manera automática; solo hay que conectarlos a la red Wi-Fi. No solo se programan para la luz diaria, sino por fechas. De esta manera, el temporizador sabrá cuándo ajustar el horario de luz entre la fase vegetativa y de floración.