Cómo crear semillas feminizadas
Cultivar cannabis desde la semilla puede ser todo un reto, ya que hay que vigilar de cerca a las plantas macho para que no polinicen el resto del cultivo, entre muchas otras cosas. Afortunadamente existen las feminizadas, las cuales, evidentemente, sólo producen plantas hembra. Aunque éstas pueden comprarse, también existen un par de maneras de crear semillas feminizadas en casa, con tu propio cultivo.
¿Por qué se cultivan flores hembra?
A diferencia de otros tipos de plantas, el cannabis tiene géneros; es decir, machos y hembras. Y los cultivos de cannabis dedicados a cosechar su flor para su consumo están compuestos exclusivamente de estas últimas.
La razón es muy sencilla: Solo las hembras producen esas flores que conocemos tan bien; esas que después se cosechan, se secan y se curan para después rellenar porros, pipas, bongs o usarlas para muchos otros productos. Los machos, por otro lado, generan sacos de polen.
Cuando se plantan, las semillas de cannabis regulares tienen una probabilidad de resultar macho o hembra del 50%. Por lo tanto, el agricultor debe vigilarlas de cerca. Una vez que desarrollan sus órganos sexuales, retira a las plantas macho antes de la polinización.
De no hacerlo, una sola macho, al expulsar su polen, es capaz de polinizar a todas las hembras del cultivo y, como resultado, la cosecha será de mucho menor calidad. Si se cosechan, las flores estarán llenas de semillas, y a nadie le gusta consumir cannabis con semillas. Pero no solo eso. Una vez polinizadas, las hembras redireccionan la mayoría de su energía para producir dichas semillas, desviándolas de las flores y limitando así su crecimiento.
Sin embargo, existen alternativas a sembrar semillas regulares. Las semillas feminizadas, las cuales se pueden comprar, producen solamente plantas hembras. Pero, ¿por qué no crear las propias?
¿Para qué crear semillas feminizadas?
Aunque identificar los géneros de las plantas no es especialmente difícil, si un macho pasa desapercibido puede arruinar a todo un cultivo. Con un 99% de probabilidad de producir plantas hembra, las semillas feminizadas reducen mucho la probabilidad de que eso suceda.
Además tienen otras ventajas. Reducen el desperdicio, ya que no hay que tirar plantas a la basura. Como, además, no hay necesidad de eliminarlas, se puede aprovechar mejor el espacio de cultivo. Esto es una enorme ventaja cuando es tan limitado. como suele ocurrir con los cultivos internos.
Para crear semillas feminizadas es necesario crear plantas macho
Parece una contradicción; pero, para crear semillas feminizadas es necesario crear machos. Normalmente se logra rociando a las plantas con una variedad de sustancias. Estas pueden ser benzotiadiazol, ácido giberélico, tiosulfato de plata, nitrato de plata y plata coloidal.
Todas tienen sus ventajas y desventajas, pero la mejor opción, sin duda, es la plata coloidal. Es muy sencillo de conseguirla – de hecho, hasta puede conseguirse en internet – y, a diferencia de las demás, no es corrosiva ni tóxica.
Plata coloidal
La plata coloidal se utiliza ampliamente en la medicina alternativa, sobre todo como antiséptico; también en jardinería, para eliminar alguna invasión de hongos y moho. para nuestro propósito, es necesario usar una mezcla con una concentración de 15 ppm como mínimo, aunque se recomienda una de 30 ppm.
Elige una planta que tenga las características que quieras replicar y clónala. Corta una rama y plántala para que eche raíces. Esto creará una planta hija cuya información genética es idéntica a la de la madre. Después de plantarla, sométela a un ciclo de 12 horas de luz continua por 12 de oscuridad.
Una semana antes de cambiar el ciclo de luz – acto que provoca la floración –, comienza a rociar las plantas. Debe hacerse diariamente y, de preferencia, 3 veces al día. Asegúrate de cubrirlas por completo. Después de 2 semanas, interrumpe la aplicación de la plata coloidal y deja que crezcan normalmente.
Estas plantas deberían desarrollar sacos de polen en lugar de flores. Recuerda mantenerlas separadas del resto de tu cultivo.
Recolecta el polen
Una vez que hayas criado plantas macho, cúbrelas con una bolsa de plástico o pon cartón en la parte inferior de la planta para atrapar el polen que expulsan. Otra manera eficiente es recortar un agujero en la base de un vaso de plástico, lo suficientemente grande para que quepa el tallo, y usarlo para rodear a la planta.
Con algo de experiencia, podrás recolectar los sacos de polen individualmente y vaciarlos antes de que estallen. De esta manera te asegurarás de recoger la mayor cantidad de esporas posible.
Una vez que hayas cosechado el polen, tira las plantas que hayas bañado con la plata coloidal – no las consumas.
Poliniza las plantas hembra
Hunde la punta de un pincel fino en el polen que hayas recolectado. Si no tienes, utiliza un hisopo. Aplica el polen a las flores que hayas elegido – aquellas con la información genética que quieres replicar. Aplica tanto como puedas.
Otra manera es verter el polen en una bolsa pequeña y cubrir una rama, o a toda la planta con ella, y agitarla para esparcirlo. Deja la bolsa por 24 horas.
Crear semillas feminizadas con rodelización
La rodelización es cuando las plantas, al percibir que no serán polinizadas, y ya alcanzaron la maduración, intentan hacer el proceso por sí mismas. Es decir, la propia planta desarrolla sacos, expulsa el polen, e intenta autopolinizarse. Igual que los clones, las semillas resultantes de este proceso tienen una copia exacta de la planta madre.
Esto no debe confundirse con el hermafroditismo, que es un defecto sexual producido por el estrés.