Cómo cultivar menta
Saber cómo cultivar menta es una habilidad muy útil para el agricultor de cannabis. Y es que esta planta, que conocemos tan bien, lo protege de plagas y depredadores; los aleja con su perfume tan conocido y, además, alerta a las plantas vecinas para que preparen sus defensas.
¿Para qué cultivar menta?
¿Menta? ¿Éste no era un blog sobre el cannabis? No te preocupes: no vamos a cambiar de giro a un blog de jardinería. Sin embargo, los cultivos que tienen una variedad de plantas, y no sólo cepas de cannabis, suelen ser más exitosos. Tal es el caso de la menta.
Sabemos de la relación beneficiosa entre la menta y el cannabis desde hace tiempo: comparten, por ejemplo, muchos terpenos, los cuales le dan ese sabor refrescante a tantas cepas. De hecho, el cannabis es perfectamente capaz de desarrollar mentol. Pero la buena relación entre menta y cannabis va aún más allá.
Los sistemas de defensa de la menta, eficaces para alejar plagas y depredadores, no solo la benefician a ella, sino a las plantas que estén creciendo a su alrededor. Incluso emite una señal de alerta cuando aparece alguna alimaña dañina para que las demás se preparen y activen sus sistemas de defensa.
Cómo cultivar menta
La menta no es una planta muy caprichosa y crece bastante fácil. Puedes cultivarla de varias maneras. La más recomendable, sobre todo a principio del año en el hemisferio norte, es plantar las semillas en un semillero hasta que germinen y sean lo suficientemente grandes como para trasplantarlas. Solo asegúrate que reciban suficiente luz, ya sea del sol o de una lámpara. Plántalas una vez que el clima frío se haya ido.
Si no tienes muchas ganas de cultivar una planta además del cannabis, tienes suerte. La menta es una planta muy común y se consigue fácilmente en un vivero, listas para trasplantarse, o bien, como un clon.
Desventajas de cultivar menta
Si decides cultivar menta, debes hacerlo con precaución, a pesar de que crece bastante fácil—o, mejor dicho, precisamente porque crece bastante fácil.
Y es que se trata de una planta perenne; es decir, que produce semillas más de una vez durante su ciclo de vida. Esto hace que, si no se controla su crecimiento, puede expandirse rápidamente y, en menos de que te des cuenta, invadir todo el cultivo. Sus raíces bloquean las de las demás plantas y no las permiten crecer.
Ten esos cuidados y tu cannabis tendrá un rudo guardaespaldas para que crezca sano y fuerte.