¿Cuál es la diferencia entre índicas y sativas?
Cuando comienzan su viaje en el mundo del cannabis, muchos consumidores primerizos se sorprenden al enterarse que no existe sólo una especie de cannabis, sino dos. Pero, ¿cuál es la diferencia entre índicas y sativas? Son varias; desde el lugar geográfico donde crecen hasta el tamaño de sus hojas y flores. La manera menos efectiva de diferenciarlas, sin embargo, es la más popular.
¿Por qué existen dos tipos de cannabis?
Los nombres de las dos especies de cannabis provienen, ni más ni menos, de su nombre científico. Aunque ambas fueron clasificadas en el siglo XVIII, Cannabis sativa fue la primera, a mediados de siglo, por el botánico sueco Carl Linnaeus, que se encontraba trabajando con cáñamo.
Linnaeus creía que esta era la única especie de cannabis que existía, ya que no se cultivaba otra en toda Europa. Sin embargo, unas cuantas décadas después, en 1785, un francés, el naturalista Jean-Baptiste Lamarck, clasificó a otra, proveniente del continente asiático. A diferencia de la sativa de Linnaeus, sus fibras eran de menor calidad. Sin embargo, tenía un curioso efecto embriagante. La clasificó de acuerdo al país donde recolectó sus muestras: Cannabis indica.
Pocos saben, sin embargo, que existe una posible tercera especie, clasificada siglos después, en el XX, por D. E. Janichevsky, botánico ruso. Encontrada en su país natal, la clasificó como Cannabis ruderalis.
Este tema, la clasificación de las especies de cannabis, es polémico hasta el día de hoy. Algunos creen que se trata de una sola especie, y no tres. Sin embargo, el consenso general, por ahora, es que, por lo menos la sativa y la índica, se diferencian una de la otra lo suficiente como para considerarlas especies distintas.
¿Cuál es la diferencia entre índicas y sativas?
Algunas características de ambas plantas hace que sea fácil distinguirlas. Para empezar, está su origen geográfico.
Generalmente, las sativas crecen en climas más cálidos y tropicales y no es difícil encontrarlas en Asia, en países como Tailandia y Vietnam; en el continente Americano, como en México o en Colombia; y hasta en algunos países africanos.
Las índicas, por otro lado, resisten mejor las bajas temperaturas y los climas secos. Por ello, pueden encontrarse creciendo naturalmente en países principalmente asiáticos, como Nepal o, el que le da su nombre, la India.
Evidentemente, se pueden cultivar ambas especies casi en cualquier parte del mundo siempre y cuando se controle su exposición a los diversos elementos. No son caprichosas para crecer y pueden reproducirse fácilmente en cultivos tanto externos como internos con un mínimo de cuidados.
La diferencia de altura entre índica y sativa
Cuando son pequeñas, las características físicas de ambas especies no son muy diferentes; pero, una vez que llegan a la floración, las dudas de cuál es cuál se disipan de inmediato.
Y es que, una vez que alcanzan dicha etapa, las sativas aceleran considerablemente su crecimiento. La floración ocurre cuando las horas de luz solar se reducen cuando los días se hacen más cortos. Entonces, la sativa se estira hacia arriba, buscando la mayor cantidad de luz posible. Gracias a esto, no es raro que las plantas dupliquen su tamaño durante esta etapa. Así, se pueden encontrar sativas de 3 metros de altura o hasta más.
Por otro lado, a las índicas—quizá por tener hojas más anchas—no se preocupan mucho por la reducción de luz y, aunque siguen creciendo, lo hacen al mismo ritmo, sin acelerar.
¿Cuáles son las diferencias físicas entre índicas y sativas?
El mejor método, y el más simple, para diferenciar índicas de sativas es, simplemente, su aspecto.
Cuando nos piden que imaginemos una planta de marihuana, lo más seguro es que la mayoría conjure una sativa. Sus hojas son el símbolo prácticamente global del cannabis: angostas, largas y puntiagudas. Las plantas crecen—como vimos en el apartado anterior—delgadas y altas; fácilmente superan los 2 metros, especialmente en cultivos exteriores.
La historia es la misma con sus flores. Aquellas que nacen de una planta sativa tienen forma de cono; son alargadas y puntiagudas. Pero las diferencias van más allá; las flores de las sativas, además, son más suaves, como esponjas, y se pueden apretar más fácilmente. Las de las índicas, por el contrario, son pequeñas y firmes, que se resisten a ser apretadas.
La forma de las hojas de las índicas se parecen a las de las sativas, pero son más cortas y mucho más anchas. Son más eficaces para recibir la luz, por lo que no tienen razón de crecer tanto—son plantas más pequeñas. También son más frondosas y gordas; más parecidas a un arbusto.
La diferencia de aroma y sabor entre índicas y sativas
Sin embargo, las diferencias no son solo físicas. También se puede distinguir entre ellas por su aroma y sabor, aunque se requiere de un olfato muy experimentado. Y es que las índicas y las sativas producen una densidad distinta de terpenos; algo que no sorprende, dado el tamaño tan distinto de sus hojas y flores.
En general, puede decirse que las flores de las plantas índicas tienen sabores más dulces, y frutales. En cambio, las sativas son más agrias, y tienen sabores más parecidos al queso o la gasolina.
¿Se puede distinguir a índicas y sativas por sus efectos?
La manera menos efectiva de distinguir entre índicas y sativas es por los efectos que producen. Irónicamente, esta es la manera más popular.
Generalmente se cree que las cepas con efectos energizantes provienen de sativas, mientras que los altamente relajantes, de las índicas. Sin embargo, la mayoría de las cepas que se consumen hoy en día son híbridas. Es decir, provienen de una combinación de ambas, las cuales se hacen para acrecentar o disminuir ciertas características.