La Luz Ultravioleta en el Cultivo de Cannabis

La Luz Ultravioleta en el Cultivo de Cannabis

La luz ultravioleta en el cultivo de cannabis

Con el paso del tiempo, surgen nuevas técnicas y estrategias para asegurar un cultivo sano y abundante. Mientras algunos creen que someter a las plantas a estímulos como la música puede ayudar a un crecimiento adecuado, otros prefieren otra onda – literalmente. La luz ultravioleta en el cultivo de cannabis puede tener una variedad de resultados, como un mayor contenido de THC o la eliminación de hongos. Sin embargo, es una técnica que debe emplearse con extremo cuidado.

Luz y Sonido

Es algo curioso, pero una buena manera de entender la luz es pensar en ella como en el sonido. En ambos casos estamos hablando de ondas. Cuando escuchamos un sonido grave, percibimos una onda de mayor longitud que una de un sonido agudo. Si las comparáramos con gráficos, el grave sería mucho más discernible; el sonido agudo—ondas más apretadas y, por lo tanto, más numerosas—se asemejaría a un gusano espinoso. Esto se llama frecuencia.

Algunos silbatos parecen no emitir sonido alguno y, sin embargo, los perros reaccionan a ellos. Esto se debe a que la frecuencia de onda del sonido que emiten es demasiado alta para nuestros oídos humanos, por lo que no la escuchamos. Los perros, que tienen mejor oído y perciben una gama mucho más amplia de sonidos, lo escuchan a la perfección. Lo mismo ocurre con los sonidos que son muy graves, de ahí que existan sonidos subsónicos y supersónicos.

El caso es el mismo con las ondas de luz, dependiendo de su color. A diferencia de otros animales, nuestros ojos humanos solo perciben un espectro limitado de ondas de luz. Algunas son demasiado altas y otras demasiado bajas, denominadas de acuerdo a sus tonos: infrarrojos y ultravioleta.

¿Qué es la Luz Ultravioleta?

La coloración o el tono de la luz ultravioleta—abreviada UV—está por encima de lo que pueden percibir los ojos humanos. En términos más técnicos, se encuentra por debajo de los 400 nm (nanómetros), la unidad con la que se miden las ondas. Para los humanos, la luz visible se encuentra entre los 380 y los 780 nm. Sin embargo, la luz ultravioleta no es un solo color, sino que se divide en tres categorías principales.

Ultravioleta A

También conocida como luz ultravioleta cercana, las ondas que la componen, de 320 a 400 nm, se encuentran más cerca del espectro visible. La luz Ultravioleta A es capaz de dañar el colágeno y, por lo tanto, se le ha asociado con el envejecimiento prematuro. También es el tipo de luz que se utiliza en las cámaras de bronceado artificial y que se emplea en terapias de luz para tratar la psoriasis y el vitíligo.

Ultravioleta B

La exposición al sol produce vitamina D gracias al espectro de luz Ultravioleta B, cuya longitud de onda se encuentra entre los 280 y los 320 nm. Sin embargo, aunque no penetra tan profundamente en la piel como la A, la exposición prolongada a este tipo de luz aumenta considerablemente el riesgo de cáncer.

Ultravioleta C

De todo el espectro de la luz ultravioleta, la C es la que tiene la onda más corta, apenas de 100 a 280 nm. La atmósfera de la Tierra bloquea la mayoría de la que proviene del sol. Si no lo hiciera, sufriríamos todo tipo de enfermedades. A pesar de ello, tiene algunas aplicaciones útiles como germicida y desinfectante debido a su capacidad de dañar el ADN.

La Luz Ultravioleta en el Cultivo de Cannabis

La luz Ultravioleta también tiene aplicaciones en el cultivo de cannabis, especialmente en interiores. Muchos agricultores la utilizan por creer que causa que sus plantas produzcan una mayor cantidad y concentración de THC. Sin embargo, esta propiedad aún no ha sido comprobada concretamente. Si bien existen estudios que parecen confirmarla, también hay muchos otros que concluyen lo contrario.

Como suele ocurrir en el mundo del cultivo de cannabis, los experimentos no son tan simples como exponer a las plantas a un foco de este tipo de luz. Su genética importa y el contenido de cannabinoides, terpenos y flavonoides dependen de las cepas, así como su reacción a la luz Ultravioleta. Una podría aumentar su producción de un compuesto específico, mientras que la luz podría no tener ningún efecto en otra. Otras cepas podrían tener reacciones negativas.

La única certeza sobre el uso de luz ultravioleta en el cultivo de cannabis es que los agricultores deben usar protección adecuada, ya que están expuestos a ella por largos periodos de tiempo. Lo mejor es evitarlas y no entrar al cultivo mientras estén encendidas, a pesar de que las más comunes son lámparas UV-A y UV-B. Este tipo de lámparas son complementarias, no reemplazos de las de luz convencional.

La Luz Ultravioleta en el Cultivo de Cannabis Combate a los Hongos

Otra certeza es que la luz Ultravioleta sirve de fungicida, ya que la UV-C tiene la capacidad de dañar el material genético de los seres vivos. Así, no solo los elimina—y a otros seres vivos—sino que además evita su reproducción. Sin embargo, como mencionamos anteriormente, deben emplearse con cuidado extremo, ya que este tipo de luz pertenece al espectro más peligroso.

Primero que nada, se deben utilizar lámparas específicamente diseñadas para dicho propósito, usando el número y la posición adecuados. También se debe controlar la exposición a la que se somete a las plantas, es decir, solamente cuando se detecte la presencia de hongos. Alternativamente, algunos las usan durante la floración.

El mismo daño que la UV-C produce en hongos y seres vivos no deseados, lo puede causar en los agricultores y en las plantas mismas. Solo existe una manera de evitar la exposición excesiva, y esa es el monitoreo constante. Es decir, evitar automatizar este proceso y revisar a las plantas periódicamente. Si se encuentran daños, antes de suspender el tratamiento definitivamente, es posible controlar la intensidad y el tiempo de exposición.

La luz ultravioleta puede ser una herramienta poderosa en el cultivo de cannabis, pero debe ser utilizada con precaución. Si bien existen potenciales beneficios como el aumento en la concentración de THC y la eliminación de hongos, también existen riesgos significativos para las plantas y los agricultores. Es fundamental realizar un monitoreo constante y emplear medidas de seguridad adecuadas para aprovechar al máximo los beneficios de la luz ultravioleta sin comprometer la salud y seguridad del cultivo y de quienes trabajan en él.