Cómo lidiar con la mosca blanca
La mosca blanca es una de las plagas más difíciles de eliminar, pues son muy sigilosas y las nuevas generaciones nacen, crecen y se reproducen a gran velocidad. Una vez descubiertas, hay que actuar con premura para evitar que eliminen toda la cosecha. Aquí te contamos cómo lidiar con la mosca blanca.
¿Qué es la mosca blanca?
La mosca blanca es un insecto parecido a una palomilla. Como su nombre lo indica, suelen ser blancas; pero su color puede variar, así como su número de alas—dos y cuatro. Miden menos de 3 milímetros y parecen estar cubiertas de polvo, como las alas de una mariposa.
Tienen un ciclo reproductivo veloz, por lo que, una vez que se encuentran revoloteando alrededor del cultivo hay que tomar medidas inmediatas. Cada camada de huevos puede tener de 80 a 300 huevecillos y tardan solamente 6 días en nacer. Los recién nacidos, por su lado, alcanzan la edad adulta en solamente 28 días, y repiten el ciclo.
Cómo se identifica una plaga de mosca blanca
Cuando una mosca blanca se descubre en un cultivo, lo mejor es hacer una revisión exhaustiva de las plantas. Algunos síntomas son indicativos de que han tomado residencia en ellas.
Sus mordiscos dejan cicatrices transparentes o amarillos en las hojas; pero, además, dejan atrás una sustancia blanca llamada melaza. Estos son sus deshechos corporales y parecen azúcar glas. Por si su sola presencia no fuera problema suficiente, esta melaza puede atraer al hongo de la negrilla. Las hormigas también se alimentan de ella, y protegen a la mosca blanca para seguir consumiéndola.
Cómo lidiar con la mosca blanca
Cuando la mosca blanca deja sus huevecillos en las hojas los hace muy resistentes, por lo que la mejor manera de deshacerse de ellos es, de plano, cortar las áreas afectadas. Hay que deshacerse de ellas cuanto antes, ya que, aun cortadas, pueden seguir infectando al cultivo.
Sus depredadores naturales son las catarinas, los ácaros depredadores y las crisopas. Si se introducen al cultivo se darán un festín.
También pueden utilizarse pesticidas naturales a base de Spinosad, jabones insecticidas o aceite de nim, ya que, aunque acaban con las plagas, no perjudican a otros animales beneficiosos ni a las plantas.