¿Para qué limpiar el espacio de cultivo?
Limpiar el espacio de cultivo es una parte del cuidado del cannabis que suele pasar desapercibida. Sin embargo, es tan fundamental como otras, como regarlas, asegurarse que tengan luz o encargarse de sus plagas. De hecho, ayuda a prevenirlas, así como la proliferación de otros peligros, como el moho y otras bacterias.
¿Para qué limpiar el espacio de cultivo?
Cuando hablamos de cultivos internos, siempre es recomendable limpiar el espacio donde las plantas están creciendo. El objetivo es deshacerse de cualquier resto de sustrato, ramas u hojas que queden arrumbadas por ahí. Y es que no son tan inofensivos como podría pensarse en un principio.
Sobre todo, cualquier resto de cultivo puede contener esporas de moho o huevecillos de plagas que pueden sobrevivir por largo tiempo, incluso al periodo entre cosechas. Al pasar desapercibidos pueden reproducirse una vez que las condiciones se vuelven favorables y terminar con cosechas enteras.
¿Cuándo hay que limpiar el espacio de cultivo?
Como mínimo, hay que limpiarlo entre cosechas. Es imposible cosechar cannabis sin hacer un desastre. El espacio de cultivo suele terminar muy sucio, con sustrato y material de la planta regados por todos lados. Por lo tanto, es muy recomendable llevar a cabo una limpieza a fondo antes de plantar de nuevo.
Sin embargo, lo mejor es limpiar el espacio de cultivo más seguido, como entre las distintas etapas del ciclo de cultivo. Esto asegura que se elimine la gran mayoría de las esporas, los huevecillos o las bacterias y que las plantas continúen creciendo sanas.
Idealmente, la limpieza debería ser a diario. Esto, además de que reduce al mínimo las incidencias de plagas o moho, también hace la tarea más sencilla, ya que, si se hace constantemente, no tiene por qué ser muy a fondo.
Cómo se limpia el espacio de cultivo
Es muy sencillo limpiar un espacio de cultivo: consiste en barrer y limpiar con un trapo, como cualquier otra habitación de una casa. En el primer caso se elimina la tierra del suelo, sobre todo entre las macetas o contenedores.
Hay que pasar un trapo húmedo sobre las superficies planas, como mesas o repisas, para eliminar todo residuo que se pueda almacenar en ellas, por poco que sea. Los resultados son mejores si se utilizan agentes que pueden limpiar más a fondo, como el agua oxigenada o la lejía.
Finalmente, sobre todo si las plantas ya han sido víctimas de plagas con anterioridad, existen productos específicos como las bombas insecticidas para usar entre un cultivo y el siguiente.