Qué aumenta el THC de las plantas de cannabis
Desde el boom de popularidad del cannabis durante décadas pasadas, se ha buscado crear cepas con un contenido cada vez mayor de THC. No solo por razones recreativas, sino que también pueden ser una gran herramienta en la creación de cepas con características diversas, incluso en el caso del cannabis medicinal. Pero, ¿qué aumenta el THC de las plantas de cannabis? La respuesta radica en ligeras alteraciones en el proceso de cultivo, pero lo más importante es que las plantas mantengan una salud óptima.
Aprovecharse de las cepas que ya existen
Muchos quieren aumentar el THC de las plantas de cannabis para lograr la mayor cantidad posible de este cannabinoide. Este proceso puede comenzar simplemente con sembrar cepas que ya contienen altos índices de THC. Iniciar con una cepa alta en THC es la manera de lograr un contenido del 20 al 30 por ciento o incluso más, algo que hace solo unos años era inaudito. Las cepas con tan alto contenido no solo sirven para el consumo recreativo, también cumplen una función importante en la creación de nuevas cepas.
Sin embargo, la genética no solo gira alrededor del THC. Dado que el agricultor altera factores como la iluminación, la temperatura y la humedad para aumentar el THC de las plantas de cannabis, es una buena idea partir de una planta con alta resistencia. También es recomendable optar por una cepa de floración rápida para ver los resultados de estas alteraciones lo más pronto posible.
Dado que estamos adentrándonos en el mundo de la creación de nuevas cepas, tampoco está de más usar cepas cuyo aroma y sabor nos agradan. Quién sabe, podríamos crear la próxima cepa más popular del año.
La salud óptima aumenta el THC de las plantas
Elegir la cepa más resistente es un buen primer paso, pero no es suficiente. Aumentar el THC de las plantas requiere una atención especial a su salud. El ciclo de cultivo debe transcurrir a la perfección. Así, las plantas pueden concentrar todas sus energías en la producción de cannabinoides sin necesidad de usarlas para combatir enfermedades o plagas.
Esta tarea depende del agricultor, quien debe contar con la experiencia suficiente para saber aspectos fundamentales. Por ejemplo, cuántos nutrientes necesitan las plantas y cómo deben aplicarse en cada etapa de su crecimiento. Un solo bloqueo o quema de nutrientes puede arruinar todo el proceso.
De manera similar, un agricultor con experiencia debe saber la cantidad precisa de agua con la que se riegan las plantas. Es común que los agricultores principiantes usen demasiada agua, lo que suele conducir a problemas serios que ponen en peligro el bienestar del cultivo, ya no digamos criar plantas de óptima salud.
Relación entre humedad y temperatura
Aspectos fundamentales para el cultivo del cannabis, como la humedad y la temperatura, tienen un vínculo extremadamente estrecho. No se puede modificar uno sin alterar al otro. Ambos afectan directamente la actividad fotosintética y, a su vez, la manera en la que las plantas utilizan su energía. Mantener estos factores a un nivel óptimo es la mejor manera de asegurarse de aumentar el THC de las plantas de cannabis.
Al igual que los terpenos, los cannabinoides son sustancias extremadamente delicadas. Se evaporan a temperaturas que fácilmente puede alcanzar el clima de un lugar templado a caluroso. Por eso, la temperatura del cultivo debe mantenerse debajo de los 30ºC. Para una mayor producción de THC, sin embargo, es mejor que no supere los 25ºC.
Una vez que las plantas afloren, lo mejor es reducir ligeramente la humedad. Esta alteración, que las plantas sienten como súbita, hace que aumenten su producción de resina y, con ella, de cannabinoides. Esto puede lograrse ajustando la temperatura ambiente o simplemente con el riego.
La luz
La idea de la luz en un cultivo de cannabis es imitar lo más cercanamente posible el ciclo solar óptimo. Evidentemente, en los cultivos externos se depende totalmente del sol y del clima. Por eso, cuando se experimenta al intentar aumentar el nivel de THC de las plantas de cannabis, suele hacerse en cultivos internos.
Hoy en día, la manera más económica y efectiva de crear una iluminación óptima en un cultivo interno son las lámparas LED, especialmente las conocidas como de espectro completo. Esto quiere decir que imitan la iluminación natural con todas sus variaciones a lo largo del día.
Además del tipo de lámpara, estas deben abarcar un espacio de 600W por metro cuadrado. Así, en combinación con el resto de los elementos del cultivo, pueden hacer que florezca el mayor potencial de las plantas.
La luz ultravioleta
En tiempos recientes, se ha popularizado el uso de lámparas ultravioleta en los cultivos por la cantidad de testimonios que aseguran que aumentan el nivel de THC de las plantas de cannabis. Este es un proceso en el que se combinan con lámparas convencionales. Se bombardean las plantas con luz UV unos minutos antes de hacerlo con luz normal y el proceso se repite al final del ciclo de iluminación. La idea es imitar más fielmente la luz natural del sol al agregar un ciclo de amanecer y atardecer.
La teoría es que las plantas aumentan la producción de resina como medida de protección ante los rayos ultravioleta. Como los cannabinoides son parte de dicha resina, también aumenta la producción de THC.
Es necesario apuntar que esta teoría aún está en su infancia. Aunque existen algunos estudios que parecen confirmarla, también hay muchos otros que la ponen en duda. Además, este tipo de luz puede dañar los ojos e incluso provocar cáncer de piel en exposiciones prolongadas, por lo que antes de usarla se deben tomar serias precauciones.