Cómo tener un microcultivo de marihuana

Cómo tener un microcultivo de marihuana

tener un microcultivo de marihuana.

Si alguna vez pensaste que los cultivos en interiores eran la forma más compacta de cultivar marihuana, estás en un error. Las tecnologías modernas, como los ventiladores compactos y, sobre todo, las luces LED, han revolucionado la posibilidad de cultivar cannabis en espacios extremadamente reducidos. Incluso con dimensiones inferiores a un metro cuadrado. Aunque es cierto que el rendimiento de la cosecha será limitado, conocer cómo tener un microcultivo de marihuana puede resultar sumamente beneficioso.

¿Qué es un microcultivo de marihuana?

Los cultivos en interiores pueden ser bastante pequeños, pero a veces no lo suficiente. La tendencia actual hacia la reducción del tamaño de las viviendas ha llevado al desarrollo de espacios habitacionales extremadamente compactos. En la actualidad, existen departamentos con dimensiones mínimas. Sin embargo, gracias a la innovación tecnológica y a la capacidad de adaptación, se puede tener un cultivo de marihuana en ellos.

En este contexto, sin embargo, surge la necesidad de cultivar marihuana en espacios diminutos, lo que nos lleva a los microcultivos. Estos pueden adaptarse a espacios tan reducidos como un minibar o el espacio de un CPU de computadora. De hecho, el espacio mínimo requerido para un microcultivo no supera el metro cuadrado en ninguna de sus dimensiones: 35 x 35 x 75 centímetros.

¿Cuánta tierra se necesita para un microcultivo de marihuana?

A menudo pasamos por alto la importancia del sustrato en el que crecen las plantas. Nos centramos únicamente en la tierra, sin considerar que existen otros elementos como el agua o incluso el aire que desempeñan un papel crucial en el desarrollo de las plantas. Sin embargo, el sustrato es fundamental para controlar el tamaño de las plantas que cultivamos.

La regla general es que las plantas crecen tanto por encima de la tierra como por debajo de ella. Por lo tanto, para tener un microcultivo exitoso, es imprescindible utilizar tierra como sustrato y hacerlo en cantidades moderadas. Una planta típicamente alcanza una altura de aproximadamente 24 cm en una maceta de 3 litros, lo cual es adecuado para un microcultivo. Incluso se pueden utilizar macetas ligeramente más grandes, de hasta 9 litros, sin que las plantas superen el metro de altura.

Es importante tener en cuenta que las plantas cultivadas en macetas pequeñas requieren un riego y fertilización más frecuentes.

Las lámparas en un microcultivo de marihuana

En el pasado, los microcultivos de marihuana eran impensables debido a la falta de tecnologías adecuadas. Sin embargo, gracias al desarrollo de las luces LED, hoy en día es posible cultivar cannabis en espacios extremadamente reducidos. Estos diminutos dispositivos son capaces de proporcionar una iluminación suficiente sin generar un exceso de calor.

Uno de los errores más comunes entre los agricultores novatos es acercar demasiado las plantas a las lámparas en un intento de cultivar más plantas. Esto puede resultar en problemas como la quemadura de las hojas y la ralentización del crecimiento, lo cual es contrario al objetivo deseado.

Un panel de LED de 15W es adecuado para un microcultivo, ya que estos suelen tener una superficie muy reducida, por ejemplo, 130 x 110 mm. Además, los LEDs ofrecen la ventaja de que su intensidad luminosa puede regularse, lo que permite ajustarla según las necesidades de las plantas. Durante la etapa vegetativa, se puede utilizar una intensidad lumínica del 25% al 50%, mientras que durante la floración, se recomienda aumentarla al 50% al 75% para lograr una cosecha óptima.

La posición adecuada de las lámparas

Dado que la principal ventaja de los microcultivos es su tamaño reducido, colocar las lámparas encima de las plantas, como en los cultivos interiores convencionales, suele ser inviable. Afortunadamente, existen alternativas.

Para aprovechar al máximo el espacio disponible, lo ideal es colocar las lámparas en uno o varios de los lados de la “caja” de cultivo. De esta manera, se amplía el área de iluminación y, al mismo tiempo, se controla el crecimiento de las plantas para evitar que se estiren demasiado.

También es posible cambiar la posición de las lámparas según la etapa de crecimiento de las plantas: durante la fase vegetativa, se pueden colocar encima de las plantas para estimular su crecimiento, mientras que durante la floración, se pueden situar en los laterales para proporcionar una iluminación más uniforme.

¿Cómo se ventila un microcultivo?

La ventilación es crucial para el desarrollo saludable de las plantas de marihuana, ya que influye directamente en su capacidad para llevar a cabo la fotosíntesis de manera eficiente. Es necesario renovar constantemente el aire del espacio de cultivo para asegurar que las plantas tengan acceso suficiente al dióxido de carbono presente en el ambiente.

Dado que trabajamos en espacios tan reducidos, no es necesario utilizar sistemas de ventilación complejos. Un simple ventilador, incluso los que se utilizan para refrigerar computadoras, puede ser suficiente. Basta con colocarlo en la parte superior del cultivo para asegurar una adecuada circulación del aire. En caso de que no sea posible colocar el ventilador en la parte superior, también se puede ubicar dentro del espacio de cultivo, siempre y cuando tenga la potencia suficiente para mover el aire de manera efectiva.

Además de facilitar el intercambio de aire, la ventilación también ayuda a eliminar los olores del cultivo, que suelen ser bastante penetrantes y podrían alertar a los vecinos. Sin embargo, dado que los microcultivos suelen consistir en una sola planta —o como máximo dos—, este problema es menos relevante en comparación con los cultivos más grandes.

¿Cómo se riega un microcultivo?

El espacio limitado también presenta desafíos a la hora de regar las plantas. El riego requiere espacio para que el agricultor pueda maniobrar con la regadera, lo cual puede ser complicado en los microcultivos.

La planificación previa es fundamental para abordar este problema de manera efectiva. Se recomienda dejar espacio suficiente entre las plantas desde el principio, antes incluso de sembrar las semillas, para facilitar el riego posteriormente. Sin embargo, esto no siempre es posible. En estos casos, una alternativa viable es dejar espacio para retirar las plantas del cultivo y regarlas sin dañarlas en exceso.

Se desaconseja regar las plantas desde arriba, ya que el agua que queda en las hojas o flores puede provocar la aparición de moho. En su lugar, es preferible regar directamente la tierra, asegurándose de que el agua se filtre hasta las raíces de las plantas.

La floración

Aunque todas las plantas pertenezcan a la misma variedad, es importante recordar que cada una puede crecer a un ritmo ligeramente diferente. Por lo tanto, el objetivo principal es controlar el crecimiento promedio de las plantas. En el caso de los microcultivos, se recomienda inducir la floración cuando las plantas alcancen aproximadamente la mitad del tamaño del espacio de cultivo. De esta manera, se evita que las plantas crezcan demasiado y se acerquen demasiado a la fuente de luz, lo que podría afectar negativamente su desarrollo.

Es importante tener en cuenta que cada cultivo es único y puede requerir ajustes específicos en función del espacio disponible y la forma de las plantas. La experimentación y la adaptación son clave para obtener los mejores resultados en cada caso.

Conclusión

El cultivo de marihuana en microespacios representa un emocionante desafío para los aficionados y cultivadores experimentados por igual. Gracias a los avances tecnológicos en iluminación, ventilación y diseño de cultivos, es posible cultivar cannabis de manera exitosa en espacios extremadamente reducidos, como minibares o rincones de habitaciones. Sin embargo, lograr un microcultivo exitoso requiere planificación, atención al detalle y la capacidad de adaptarse a las necesidades específicas de cada planta.

En resumen, cultivar marihuana en un microespacio puede ser una excelente opción para aquellos con limitaciones de espacio o aquellos que desean experimentar con nuevas técnicas de cultivo. Con las herramientas y conocimientos adecuados, cualquiera puede disfrutar de los beneficios de cultivar su propia marihuana en casa, independientemente de cuán pequeño sea su espacio disponible.