Ya casi se aprueba la ley para facilitar el estudio de la marihuana
Estados Unidos está por dar un paso más hacia, si no la legalización del cannabis, sí hacia su mayor aceptación. La ley para facilitar el estudio de la marihuana protege a científicos y doctores que basen sus investigaciones en sus beneficios médicos sin miedo a sufrir severas sanciones.
¿Por qué no se puede estudiar la marihuana en Estados Unidos?
Desde el 2020, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos ha estado aprobando un proyecto de ley para facilitar el estudio médico de la marihuana. Y es que, a pesar de que su uso médico es legal en 38 estados, a nivel federal sigue clasificada en la lista 1. Es decir, donde están las drogas que el gobierno considera más peligrosas, como la heroína, el éxtasis y el peyote.
Es decir, quienes quieran dedicar sus estudios al cannabis, que podrían resultar en medicamentos para todo tipo de males y síntomas, se encuentran con un muro legal. Y las sanciones no son leves: pueden incluso llegar a perder su licencia.
¿Qué es la ley para facilitar la investigación de la marihuana?
Hasta ahora, los estudios sobre los beneficios medicinales del cannabis se han apoyado en la experiencia que reportan los pacientes—92% de ellos dicen que los ha beneficiado. Es decir, en evidencia anecdótica, que, aunque tiene su mérito, no tiene el mismo peso que la que proviene de las pruebas clínicas.
Esta ley no cambia el estatus de la marihuana—seguirá en la lista 1 de drogas peligrosas—. Sin embargo, obliga a que el gobierno federal permita a los investigadores cultivar su propio cannabis, y discutirlo, sin miedo a repercusiones y sanciones.
¿Qué falta para que se apruebe la ley para facilitar el estudio de la marihuana?
Prácticamente, solo que Joe Biden, presidente de Estados Unidos, firme la ley para que entre en efecto. Esto pudo haber pasado hace mucho—hace siete meses—, pero fue bloqueada por el senador republicano John Cornyn, de Texas.
Cornyn no se opone al contenido de la ley, o a que se estudie la marihuana, sino a la manera en la que estaba siendo aprobada por el Congreso. El estatus de aprobación rápida se les otorga a los proyectos de ley aprobados por ambos lados de la cámara—republicanos y demócratas—. Sin embargo, Cornyn, tras ver bloqueadas sus propias propuestas, tomó repercusiones.