Estudio: psilocibina podría tratar el alcoholismo
No es un secreto que el interés por las propiedades medicinales de la psilocibina ha aumentado en tiempos recientes. Una de sus mayores aportaciones podría ser en el tratamiento de la salud mental. Recientemente, por ejemplo, se publicó un estudio que sugiere que la psilocibina podría tratar el alcoholismo.
La psilocibina podría tratar el alcoholismo
Un estudio de reciente publicación en la revista Psychology of Addictive Behaviors sugiere que la psilocibina podría ser utilizada para tratar a pacientes de alcoholismo y abuso general del alcohol. Fue llevado a cabo por las universidades de Nueva York y California en San Francisco, así como Fluence, una compañía de terapias de psicodélicos.
Sin embargo, el grupo de estudio fue reducido, de solamente 13 personas, compuesto de hombres y mujeres cis. A pesar de ello, se cree que puede aportar al creciente interés de la psilocibina como tratamiento para diversas condiciones de adicciones y salud mental.
¿En qué consistió el estudio?
El método fue muy sencillo. Se entrevistó a los participantes que ya sufrían de desórdenes de ingesta de alcohol sobre sus experiencias antes y después del tratamiento de psilocibina. Las preguntas incluyeron cosas como la manera en la que lidiaban con el antojo y los fuertes sentimientos que éste conlleva.
Los investigadores observaron que la psilocibina les permitió “procesar mejor las emociones relacionadas con eventos dolorosos del pasado” y la autocompasión. Además, las terapias de alucinógenos permiten encontrar un sentimiento de pertenencia e interconectividad con los demás. Este estudio no fue la excepción. Este descubrimiento suele aumentar la empatía, lo cual es de extrema importancia en casos de adicciones y cómo afectan a terceros.
Más estudios podrían concluir si la psilocibina podría tratar el alcoholismo
A pesar de los resultados esperanzadores, como mencionamos antes, el grupo de estudio fue muy pequeño y con algunos problemas. Los participantes fueron descritos como blancos y no-hispanos.
Es decir, no incluye a participantes de aquellas comunidades que, por lo menos en Estados Unidos, son más afectadas por el abuso de alcohol y otras sustancias. Los investigadores esperan que los estudios futuros las incluyan, ya que se verían más beneficiadas de los resultados.