Tomar microdosis de psicodélicos tiene sus riesgos

Tomar microdosis de psicodélicos tiene sus riesgos

Cada quien consume cannabis—para fines recreacionales o medicinales—a su manera que, quizá, podemos clasificar en dos grandes categorías: macro y microdosis. La segunda de éstas, de fama reciente, se aplica, más que nada, buscando los beneficios medicinales del cannabis. Quienes se deciden por las microdosis juran de su eficacia. Y es que, por lo menos en principio, es un método de consumo atractivo, sin consecuencias graves aparentes. Desgraciadamente, éste podría no ser el caso. Igual que con las macrodosis, tomar microdosis de psicodélicos tiene sus riesgos, mismos que deberían ser considerados por el consumidor antes de adoptar ese estilo de vida.

¿Qué son macrodosis y microdosis?

Sin duda, las macrodosis son las más fáciles de explicar por ser las más comunes. Es la manera en la que la mayoría de los consumidores consumen cannabis—mucho más que el necesario. Esto ocurre, sobre todo, en el consumo lúdico—cuando no se busca aliviar un mal, sino, simplemente, divertirse—; pero también ocurre en el medicinal.

A pesar de que cada vez es más aceptado, y de sus comprobados beneficios para la salud, el cannabis aún está siendo estudiado y el tamaño de las dosis varían mucho. A los pacientes suelen asignárseles una basada en la poca información disponible, misma que se va ajustando conforme a los efectos primarios y secundarios.

De las dos, el consumo medicinal es el que más se presta a un tratamiento de microdosis, aunque muchos lo adoptan por otra razón. Se sabe que el consumo prolongado de cannabis puede traer riesgos para a la salud.

En general, parece un método inofensivo. Consiste en consumir cannabis en cantidades muy pequeñas para gozar de sus beneficios sin sentir sus demás efectos, especialmente los psicotrópicos. Esto incluye el consumo regular de un producto alto en THC (el cannabinoide que causa “el viaje”), sin que irrumpa en la vida cotidiana del consumidor.

Se dice que las microdosis tienen varios beneficios. Por ejemplo, mantiene la baja tolerancia por más tiempo sin necesidad de una pausa. Además, permite adoptar el consumo de cannabis terapéutico a la vida diaria.

¿Las microdosis realmente funcionan?

Existen muchos testimonios que abogan por la efectividad de las microdosis. Como lo mencionamos antes, aquellos que toman microdosis generalmente están buscando un beneficio terapéutico más que lúdico; aliviar algún mal que irrumpe su vida cotidiana. Y es que muchos productos de cannabis que se usan para tratar cosas como el dolor o el insomnio tienen altos contenidos de THC. Sin embargo, los testimonios no tienen el mismo peso que los estudios de laboratorio.

Desgraciadamente, abarcan la gran mayoría de la evidencia que actualmente existe sobre la efectividad de las microdosis—evidencia anecdótica. Y, aunque no puede ser ignorada, sus desventajas ponen a su credibilidad en tela de juicio.

Las microdosis y el efecto placebo

Imagina cómo es vivir con dolor crónico o ansiedad. Quienes sufren de un desorden de este último, por ejemplo, la sienten todo el tiempo y sin razón alguna. Puede ser disparada por algo tan cotidiano como ir a hacer un mandado, como ir a comprar comida. Es común que quienes sufren de un trastorno de ansiedad prefieran no comer a salir a comprar comida, por ejemplo. Por esta razón, puede ser una condición extremadamente limitante.

Si, de pronto, alguien que sufre de un trastorno de ansiedad encuentra una aparente solución en forma de gomitas de cannabis, se va a inclinar naturalmente hacia la efectividad del producto.

El efecto placebo es algo muy real y comprobado. Nuestro paciente de ansiedad imaginario, por ejemplo, puede sentir una mejoría con un medicamento que realmente no hace nada. El efecto placebo es capaz de mejorar males más físicos como el dolor—incluso si el paciente sabe que está tomando un placebo.

La efectividad de las microdosis aún está en el aire porque, aunque muchos, en varios estudios, han reportado que son efectivas, también lo han hecho los grupos del placebo.

Pero el efecto placebo puede ser beneficioso. Es decir, si tu ansiedad disminuye al tomar una microdosis de cannabis alto en THC, ¿qué importa si en realidad no tiene ningún efecto?

Los psicodélicos y la creatividad

Desde siempre se ha relacionado a los psicotrópicos con actividades altamente creativas, como el arte. Miles de escritores, músicos y pintores han usado cannabis y otras sustancias psicodélicas en sus rituales creativos—a algunos, les ha costado la sanidad o la vida.

No es coincidencia. Los psicodélicos tienen un efecto en las neuronas llamado plasticidad homeostática. Este consiste en ajustar sus conexiones y mejorar su comunicación. Es un proceso indispensable para el aprendizaje, la memoria y la creatividad. Parte de un proceso más grande de nuestro cuerpo para mantener la homeostasis: el buen funcionamiento celular.

Tomar microdosis de psicodélicos tiene sus riesgos

Si causamos que nuestras neuronas ajusten su comunicación con el consumo constante de psicodélicos como el THC, las consecuencias pueden ser muy serias. El cuerpo no es perfecto; no le gusta que haya demasiado de algo, así sea algo bueno, como la creatividad o el aprendizaje, y puede exagerar al tratar de compensar. Ordena a las neuronas que dejen de comunicarse, por lo que pueden marchitarse, causando daños irreparables.

El uso frecuente de psicodélicos también ha sido relacionado con problemas cardíacos. Actúan en los receptores de los tejidos del corazón que, mientras estos son resistentes al uso poco frecuente de psicodélicos, una mayor frecuencia—característica de las microdosis—podrían causar daños serios.

Entonces, ¿no debo consumir microdosis?

No queremos desanimarte a adoptar cualquier tipo de dosis. Más bien, queremos animarte a que te informes; que sepas que, tomar microdosis de psicodélicos tiene sus riesgos antes de adoptar cualquiera, macro o micro. Recuerda que, en general, la información sobre el funcionamiento del—especialmente cuando se trata de cannabis medicinal—aún es muy escasa.

Más que nada, evita las dosis que te parezcan exageradas: no abusar no solo se refiere a su tamaño sino a su frecuencia. Y, sobre todo, no tengas miedo de informarte con profesionales de la salud; no vas a meterte en problemas solo por preguntar.