¿Cómo puedo controlar el antojo del cannabis?
El antojo—también conocido como munchies—es un famoso efecto secundario provocado por el consumo de cannabis. Uno que es generalmente visto con humor por los mismos consumidores o hasta como es representado en los medios. Inclusive hay quienes buscan ese efecto en particular por el placer que provee. Pero, por otro lado, ¿se puede controlar el antojo del cannabis?
Y es que hay quienes quisieran evitarlo por una razón u otra. Si no puedes saciarte de Gansitos y Cheetos cada vez que consumes cannabis, pronto, los resultados van a aparecer en la báscula. Y no solo es que ya no nos cierren los pantalones, sino que una dieta en la que se abusa de los bocadillos o snacks puede causar problemas gástricos más adelante, sobre todo en los que ya no somos tan jóvenes. Aquí te dejamos algunas sugerencias que puedes tratar para disminuir la incidencia de munchies.
¿Qué provoca el antojo?
Primero que nada, sería buena idea comprender por qué al consumir cannabis queremos vaciar la tiendita de la esquina. En otro artículo abordamos el tema más a fondo, pero aquí lo repasaremos en resumidas cuentas de todos modos.
El antojo no tiene una sola causa, pero todas ocurren por la manera en la que los químicos del cannabis interactúan con nuestro cerebro. Cuando están presentes, pueden causar un “corto circuito” en nuestros receptores neuronales y hacerlas mandar señales equívocas de que tenemos hambre cuando no es el caso.
Adicionalmente, es posible que el cannabis provoque antojos de un tipo de comida específica, rica en carbohidratos. Por eso, en ocasiones, el antojo es de panes y pastas.
Entonces, ¿cómo puedo controlar el antojo del cannabis?
Intenta consumir una cepa distinta
Como lo hemos discutido muchas veces, no todo el cannabis es igual; muchos causan efectos secundarios distintos. Si la cepa de cannabis que consumes te causa un antojo voraz, simplemente intenta con otra cepa, como una alta en CBD.
Hay tal variedad que no es difícil que encuentres una que provoque efectos muy similares a los de tu cepa preferida sin causarte una gansitodependencia.
Aliméntate bien
Parece publicidad de la Secretaría de Salud, pero solo el alimentarte bien puede controlar el antojo provocado al consumir cannabis.
Por alimentarse bien, entiéndase una comida balanceada. O sea, desayuno, comida y cena a horas más o menos fijas, así como un par de colaciones a lo largo del día. Si eres de los que depredan el refrigerador a las dos de la mañana, es más factible que lo hagas bajo los efectos del cannabis, y de manera exagerada. Si evitas estos hábitos en tu vida diaria será más fácil que los evites también cuando consumas cannabis.
Si te gusta mezclar el cannabis con tus comidas cotidianas, puedes cambiar el postre de dulces o brownies por opciones más saludables. Intenta cocinar con aceites con una infusión de cannabis. Quizá no evites los munchies, pero mínimo podrás evitar el malestar de la ingesta exagerada.
Cambia tus hábitos alimenticios
Si eres de los que siempre tiene botanas y bocadillos en la alacena, una buena medida es simplemente comprar de otro tipo. Con la gran variedad de dietas que existen hoy en día, se han inventado todo tipo de productos—galletas, papas, etc.—que se adaptan a ellas. En vez de esa bolsa de Cheetos, busca un equivalente más saludable.
Claro que el precio es una desventaja, ya que dichos alimentos suelen ser bastante más caros que sus equivalentes calóricos. Si no estás dispuesto a desembolsar ochenta pesos por una bolsa de papas, en vez de buscar alternativas puedes eliminarlas del todo. Simplemente no compres snacks. También puedes eliminar todas las aplicaciones de envío de comida de tu teléfono y tomar las medidas necesarias para no caer en la tentación de comer.
Otra alternativa es cocinar. En línea, hay millones de recetas de platillos que no solo no aportan muchas calorías, sino que son deliciosos. Si planeas por anticipado y cocinas tus propios platillos y bocadillos que comer en un antojo provocado por cannabis, la cuenta del súper saldrá mucho más barata.
La recompensa puede ser doble si eres de los que les saca la vuelta a cosas como las frutas y verduras, pero te gustaría adoptar una dieta más saludable. Por la manera en la que el cannabis afecta nuestro cerebro, es posible que encuentres los bocadillos saludables sorpresivamente apetitosos bajo los efectos del cannabis.
Piensa y/o haz otra cosa
Sean actividades mentales o físicas, las simples distracciones pueden evitar que pensemos en comer. No importa si lo haces voluntariamente.
Es decir, decídete por un tema en qué pensar—digamos, música o futbol—cuando tu cerebro se fije en comida. Tan pronto recuerdes el relleno cremosito de un Pingüino o la superficie espolvoreada de un Cheeto Bolita, cambia de tema y pregúntate a qué jugador comprará tu equipo en la siguiente temporada.
Si cambiarle el tema a tu propio cerebro resulta problemático, las actividades que requieren de cierta concentración son magníficos distractores (claro que tu habilidad depende de la intensidad y cepa del cannabis que estás consumiendo). Los videojuegos, tocar un instrumento o hasta algún proyecto de manualidades pueden hacer que tu cerebro se olvide de la existencia de la comida, al menos por un rato.
Lávate los dientes
Esta técnica también funciona para evitar comer bajo circunstancias normales. No tienes que esperarte a comer para lavarte los dientes. La menta de la pasta está muy lejos de ser algo desagradable a menos que la combines con comida. Si no nos crees, cómete un Cheeto tras lavarte los dientes y verás. Bajo los efectos del cannabis, la pasta te sabrá especialmente bien y el efecto solo se duplica si rematas con enjuague bucal.
Además, lavarte los dientes tiene un elemento psicológico o cognitivo que, simplemente, nos hace sentir que hemos fracasado en la vida si comemos algo inmediatamente después de lavarnos los dientes.