¿Cómo se hace la kombucha?
La kombucha es un té que se caracteriza por consumirse fermentado. Se cree que la proliferación de bacterias que resulta de este proceso le otorga una gran cantidad de importantes beneficios para la salud. Por ejemplo, una mejor salud intestinal, beneficios para el corazón y evitar el desarrollo de células cancerosas. Para disfrutar de ellos, aquí te mostramos cómo se hace la kombucha.
¿Qué es la kombucha?
La kombucha es una bebida que se prepara a base de té negro. Se diferencia de otras similares porque, antes de ingerirse, se fermenta. Esto produce una colonia simbiótica de microorganismos que, según se cree, contiene una enorme variedad de beneficios para la salud.
Entre ellos, los probióticos podrían aportar a una mejor salud del aparato digestivo. Además, contiene una gran variedad de antioxidantes y sus propiedades evitan la proliferación de bacterias nocivas. También podría aportar a una mejor salud cardiaca y a detener la producción y desarrollo de células cancerígenas.
Sus beneficios se parecen tanto a los del cannabis, que muchos deciden combinar ambas sustancias. Por eso, aquí te enseñamos una manera de cómo se hace la kombucha.
¿Qué es el SCOBY?
SCOBY son siglas, las cuales significan symbiotic colony of bacteria and yeast. O, en español, una colonia simbiótica de bacterias y levadura. Dicha colonia es indispensable para preparar kombucha.
Afortunadamente, no es necesario que cultives tus propias bacterias y levadura, ya que el SCOBY se puede comprar en tiendas y hasta en línea. Es un disco de consistencia gelatinosa que se vende como cualquier otro producto alimenticio, empaquetado y etiquetado.
¿Cómo se hace la kombucha?
Para hacer kombucha necesitas aproximadamente 10 bolsitas de té combinado con cannabis o, en su defecto, un puñado de ramas, tallos y hojas; SCOBY; 1 taza de azúcar de caña; 4.5 litros de agua; 1 taza de kombucha preparada; hierbas adicionales y unos cuantos frascos de vidrio con tapa.
Hierve el agua, añade el azúcar y revuelve hasta que ésta se disuelva. Sumerge las bolsas de té y déjalas reposar hasta que el agua se enfríe a temperatura ambiente. Vierte la mezcla en los frascos de vidrio. No los llenes totalmente; deja un espacio de unos 5 centímetros.
Vierte cantidades iguales de kombucha y SCOBY en cada frasco. Tápalos bien y almacénalos en un lugar donde estén a una temperatura constante de 25º centígrados. Déjalos fermentar por aproximadamente 10 días.