Qué esperar al hacer dabbing por primera vez

Qué esperar al hacer dabbing por primera vez

dabbing por primera vez

Dado su aspecto tan complicado, así como los mitos que lo rodean, el dabbing puede ser muy intimidante para consumidores primerizos. Sin embargo, siempre y cuando sepas qué esperar al hacer dabbing por primera vez, tomes las precauciones necesarias y planees tu sesión cuidadosamente, no hay por qué tu primera experiencia no pueda ser extremadamente grata.

¿Qué es el dabbing?

Hay mucha gente que aún cree que consumir cannabis se reduce a fumarlo en un porro, pipa o bong cuando la verdad es otra. Existe una gran variedad de medios de consumo además de fumarlo, como consumirlo en comestibles (categoría a la que pertenecen los famosos browines mágicos) o vapearlo en una vape pen o pluma vapeadora. Y, cuando hablamos de vaporizar cannabis existe otra categoría—el dabbing.

Quizá sea el método de consumo más moderno y uno de los más intimidantes. Al igual que el vapear, el dabbing consiste en evaporar pequeños pedazos de concentrado de cannabis e inhalar su vapor; pero ahí es donde terminan las similitudes. Para el dabbing se necesita un dab rig; una especie de bong más pequeño, generalmente de vidrio, que parece equipo de laboratorio. Éste, en vez de bowl, tiene un nail; una plataforma cilíndrica que se calienta a altas temperaturas antes de colocar el concentrado, que se evapora instantáneamente.

O sea, en vez de flor, se inhalan concentrados. Estos se hacen separando a la planta de sus cannabinoides y terpenos por medio de un proceso químico y refinándolos. Por ello, y por vaporizarlo en vez de quemarlo, el dabbing es una experiencia para disfrutar los diferentes aromas y sabores del cannabis con mayor intensidad.

Al hacer dabbing por primera vez, olvida tus prejuicios

Una sesión de dabbing puede parecer un experimento científico: el dab rig de vidrio, un soplete, los concentrados de consistencias tan diversas… todo indica que es un proceso complicado. Y lo es—más complicado, por lo menos, que enrollar un porro o empacar un bowl—pero no dejes que eso te detenga.

Así como el dabbing es famoso porque se disfrutan los aromas y sabores del cannabis con mayor intensidad, también lo es por la intensidad de sus efectos. Son tales, que, incluso, algunos llaman al dabbing “el crack de la marihuana”. Y es que hay que admitir que ambos métodos de consumo se parecen mucho. Después de todo, estás vaporizando un concentrado—que a veces parece un cristal—y aspirando su vapor. Pero eso no tiene por qué intimidarte.

Sí, el dabbing tiene efectos más intensos—y, sobre todo, más rápidos—que otros medios de consumo de cannabis, pero para nada causa efectos similares al crack. Especialmente si tu primer dabbing lo haces responsablemente, rodeado de gente en la que confías.

Al hacer dabbing por primera vez, rodéate de expertos

Aunque recomendamos que olvides tus prejuicios sobre el dabbing no queremos decir que te aventures a probarlo así como así.

Sin importar tu experiencia con otros medios de consumo, si nunca has probado el dabbing, estás de nuevo en la casilla de primerizo. Un intento de consumirlo sin ningún tipo de guía puede resultar fácilmente en un mal rato de ansiedad y paranoia. Por otro lado, hay personas que, por mucha experiencia que tengan, son demasiado entusiastas y pueden hacer que consumas de más.

Rodéate de expertos: entusiastas del dabbing que sepan exactamente cuánto resiste un consumidor primerizo. No solo te pueden guiar en cuanto al tamaño de la dosis, sino a cómo calentar en nail, cómo alcanzar la temperatura correcta y cómo inhalarlo. Si algo falla, saben cómo se siente un mal viaje y qué hacer para ayudarte a aterrizar de nuevo sin mucho que lamentar.

Saca la cartera

En general, el dabbing es un medio de consumo más caro. Dado que necesitas todos los aditamentos de golpe, es posible que debas gastar alrededor de $3,000 pesos mexicanos, entre dab rig, nail, concentrado y soplete.

Pero, considerando el apartado anterior, es muy posible que no necesites comprarlo todo de jalón si tu primera experiencia es con algún experto, ya que seguramente usarás su equipo. Aquí es donde las buenas costumbres se hacen presentes. Los concentrados no son baratos y, al ser tu primera vez, seguramente necesitarás uno específico, con un índice bajo de THC: ofrécete a comprarlo tú.

Las dosis pequeñas son la orden del día

Dependiendo del medio de consumo al que estás acostumbrado—o incluso si no lo estás a ninguno—el hacer dabbing por primera vez resultará en diversas sensaciones. Los fumadores, por ejemplo, suelen sorprenderse de la diferencia entre el humo y el vapor. Sin embargo, en todos los casos aplica la misma máxima: consume dosis pequeñas.

Aquí es donde tu experto debería mostrar su experiencia, ya que la dosis mínima de un concentrado es aproximadamente la mitad de un grano de arroz. Deja que él o ella lo elija, o te guíe al elegirla, y te explique cómo calentarla e inhalarla. No te preocupes si toses—es una reacción normal.

¿Qué efectos puedo esperar al hacer dabbing por primera vez?

Aunque estés acostumbrado a los efectos del cannabis, es posible que los del dabbing te tomen desprevenido por su velocidad e intensidad. Muchos se preocupan de que sigan aumentando una vez que aparecen. No te apaniques: pronto se volverán una meseta de euforia donde te mantendrás por un tiempo.

Por otro lado, el primer golpe debería dejarte lo suficientemente lúcido para también poder disfrutar el intenso sabor del concentrado. Puedes esperar a que pasen los efectos relajado en un sillón o haciendo alguna actividad tranquila.

Sé paciente: espera de 30 minutos a 1 hora a que pasen los efectos y solo toma un segundo dab si lo recomienda tu experto. Si no, sigue tu día con ese sentimiento y ve ajustando las dosis y tipo de concentrado conforme vayas adquiriendo más experiencia.