El calor al evaporar cannabis
Entre la gran variedad de métodos de consumo de cannabis, vaporizarlo e inhalarlo debe ser uno de los más modernos y—si el consenso general es de fiar—también uno de los más saludables. Sin embargo, el calor al evaporar cannabis también tiene sus riesgos, los cuales deberías tener en cuenta para saber cómo evitarlos o reducir su peligro.
Evaporar cannabis: una manera moderna de consumo
Desde que el cannabis irrumpió en la cultura popular—principalmente en la década de los sesenta—, fumarlo ha sido el método de consumo al que más se le asocia, pero hoy en día no está ni cerca de ser el único. Con los años se han ido inventando nuevas maneras de consumirlo. El vaporizarlo, en dabbing o con cartuchos para vaporizadores, seguramente son dos de los más modernos—y prometen ser más saludables.
Todos conocemos los riesgos de fumar, ya sea cannabis o tabaco. Inhalar material carbonizado de planta puede resultar en serias complicaciones para la salud. Claro, también puedes consumirlo por medio de comestibles, pero muchos son dulces o pasteles, lo cual significa contenido de azúcar. Si bien hay otros que no contienen azúcar, como el tocino con infusión de cannabis, estos también tienen sus riesgos.
Los cannabinoides no son solubles en agua y prefieren unirse a compuestos grasos, como la mantequilla o la grasa del tocino. Por eso hacer té de cannabis es particularmente difícil, ya que debe llevar mantequilla o aceite. Seguramente ya dedujiste cuál es el problema de este tipo de comestibles: el exceso de grasa, la cual también puede tener consecuencias para la salud.
Es por eso por lo que la popularidad de inhalar vapor de cannabis ha aumentado tanto en épocas recientes.
Cómo se usa el vapor en el dabbing
El dabbing es la práctica de vaporizar concentrados y extractos de cannabis en un aparato, muy parecido a un bong, llamado dab rig. Se calienta una pequeña plataforma—llamada nail—hasta que alcanza temperaturas cerca de los 1,000 grados centígrados, y, a continuación, se coloca el concentrado.
El calor del nail es tal, que hace que el concentrado se evapore al instante. El usuario entonces inhala, haciendo que el vapor resultante viaje por los conductos del dab rig, que incluye una cámara de agua para enfriarlo.
Como los concentrados son productos muy puros—algunos son 90% THC—, el dabbing se recomienda para consumidores veteranos, ya que los efectos pueden ser demasiado intensos para principiantes.
Cómo se usa el vapor en el vaping
Desde el advenimiento de los vaporizadores, en los que se evaporan cartuchos de un compuesto aceitoso en una acción muy parecida a fumar, se volvieron un popular método de consumo de cannabis.
Una actividad conocida como vaping, en años más recientes su uso se ha complicado, ya que, después de varios reportes serios de daños a los pulmones y enfermedades, en muchos lugares fueron restringidos. En México, incluso, fueron totalmente prohibidos.
A pesar de esto, ambos métodos siguen siendo considerados más saludables que otros y, aunque no estamos aquí para refutar eso, sí hay un par de cosas que debes tener en cuenta para reducir riesgos. ¿Sabías, por ejemplo, que ambos utilizan distintos tipos de calor?
El calor al evaporar cannabis: calor conductivo
A pesar de que el dabbing se trata de inhalar vapor de cannabis, este se obtiene, como lo vimos antes, al calentar una plataforma a altísimas temperaturas donde después se echa el concentrado de cannabis. Pues bien, esto, técnicamente, no es vaporización, sino una acción parecida a echar aceite a un sartén.
La mayor pista de que este proceso de todas maneras involucra cierta combustión es que el nail desarrolla marcas de quemado o chamuscado. Aunque sean mínimas, de todas maneras, inhalas sus compuestos, igual que si estuvieras fumando flor de cannabis o hasta tabaco, aunque en menores cantidades.
El calor al evaporar cannabis: calor convectivo
A diferencia del calor conductivo, el convectivo, que usa en la mayoría de los vaporizadores de cartuchos, no calientan una plataforma como el nail del dab rig, sino el aire. Una vez que éste alcanza la temperatura deseada, se introduce el concentrado de cannabis el cual se evapora, activando los cannabinoides, como el THC.
Es decir, el calor convectivo no quema el cannabis; no crea ningún residuo chamuscado y, por lo tanto—en teoría, por lo menos—es más saludable de consumir.
Desde luego, esto también depende de la calidad de tu vaporizador.
El peligro de el calor al evaporar cannabis en un vaporizador
Aunque consumir cannabis vaporizándolo parece ser uno de los métodos más saludables, no carece totalmente de riesgos, como todo lo que involucra calor para inhalar el resultado.
Por la manera en la que funcionan, es común que los vaporizadores tengan sus componentes electrónicos cerca de la resistencia, misma que se calienta para vaporizar el cannabis. Dichos componentes son fijados a su lugar con soldadores, los cuales pueden, después de estar expuestos a tanto calor, comenzar a derretirse y despedir compuestos que ultimadamente se mezclan con el cannabis que inhalas.
Existen otros vaporizadores que funcionan con agua. Aunque esto podría dar la impresión de ser seguro (fuera de que te dé un toque), en algunos casos, el agua puede empezar a oxidar algunas partes internas del vaporizador, incluyendo la resistencia. Similar a como ocurre con las soldaduras de los electrónicos, con el óxido podrías inhalar compuestos indeseables y hasta peligrosos.
El benceno
Si alguna vez has usado un vaporizador sabrás que la mayoría vienen con un dial con el que puedes regular el calor de la resistencia. Y es que, evidentemente, entre más se caliente, genera más vapor, que es precisamente lo que hacen muchos consumidores para un toque más intenso—lo suben al máximo. Sin embargo, es algo que debemos evitar.
El problema es que, si alcanza la suficiente temperatura, puede generar benceno. El benceno es una sustancia carcinógena que también produce el tabaco y los escapes de los automóviles. Todo consumo de cannabis con calor también produce benceno; pero, igual que con el vapor, producirán más entre más calientes estén.
Afortunadamente existe el consenso de que 365 grados es el límite en el que el benceno empieza a aparecer en cantidades peligrosas. Es decir, intenta no calentar tu cannabis a más de 365 grados para estar seguro. Seguramente pronto instaurarán un tope, por ley, a la temperatura que producen los vaporizadores; pero, por ahora, tu seguridad depende de ti.