Guía del sistema endocannabinoide y sus funciones
El cannabis no nos causa sus efectos sólo porque sí (si ese fuera el caso, reaccionaríamos de manera similar a cualquier sustancia que ingiriéramos). Nuestro cuerpo también tiene que poner de su parte. O sea, tener algo que reaccione a los cannabinoides del cannabis, alterando nuestra percepción, tranquilizándonos o causándonos euforia y hasta dándonos hambre a deshoras. Así es precisamente como se comporta nuestro sistema endocannabinoide. Para entenderlo mejor, aquí te dejamos una guía del sistema endocannabinoide y sus funciones.
El sistema endocannabinoide
No es una parte o una función de la planta del cannabis, sino un sistema que todos tenemos—de hecho, tenemos varios; uno casi por cada parte y función de nuestro cuerpo. Lo comprenden tres partes: receptores, moléculas (llamadas endocannabinoides) y enzimas que actúan en conjunto para regular nuestras funciones más básicas y mantener una función celular óptima. Imagina que tu cuerpo no supiera cuándo despertar o dejar de comer—sin el sistema endocannabinoide, la vida sería imposible.
¿Qué es la homeostasis?
Si, de pronto, nos da un síntoma como la calentura, sabemos que, lo más probable, es que estamos enfermos. Sabemos, también, que el virus o bacteria que nos enfermó no causa dicha calentura, sino, más bien, es una de las respuestas de nuestro cuerpo para combatir la infección. Una vez que el invasor fue derrotado, sin embargo, nuestra temperatura debe volver a la normalidad.
Ahí tienes al sistema endocannabinoide en acción; encargándose de revisar que la respuesta de nuestro cuerpo sea la apropiada. Un sistema endocannabinoide defectuoso, que no logra parar la respuesta del cuerpo ante una aparente amenaza puede ser un síntoma de una enfermedad autoinmune. Es decir, al no haber una amenaza presente, el sistema endocannabinoide, confundido, programa a las defensas del cuerpo para atacar células sanas.
Cuando las células están sanas y trabajando como deben, de manera óptima, se llama homeostasis y es una señal esencial de un sistema endocannabinoide sano.
Partes del sistema endocannabinoide y sus funciones
Como lo mencionamos antes, el sistema endocannabinoide está formado por tres partes:
· Receptores. Se encuentran en la superficie de las células y se encargan de notar la presencia de endocannabinoides, interpretarlos, y programar la respuesta apropiada.
· Endocannabinoides. Son las moléculas que secreta naturalmente el cuerpo y que contienen la información que los receptores interpretan.
· Enzimas. Se encargan de descomponer las moléculas que forman los endocannabinoides una vez que se han interpretado para detener las señales de los receptores.
Los receptores del sistema endocannabinoide y sus funciones
Al encontrarse por todo el cuerpo y realizar tal cantidad de funciones, podrás imaginarte que el sistema endocannabinoide cuenta con una enorme cantidad de tipos de receptores. Sin embargo, los más estudiados son solo dos: los CB1 y CB2, y su mayor diferencia es su ubicación.
Generalmente, los receptores CB1 se encuentran en el cerebro y el resto del sistema nervioso y son los encargados de regular funciones básicas como el hambre, el sueño, el humor, etc.
Por otro lado, los receptores CB2 están desperdigados por otras partes del cuerpo y se cree que regulan, principalmente, las funciones del sistema inmunitario. O sea, cómo nuestro cuerpo responde a los males que nos aquejan, así como regresarlo a su estado normal y óptimo.
Ejemplo de endocannabinoide
Nuestro cuerpo produce endocannabinoides de manera natural y la anandamida es uno de los más célebres. Esto es porque es una de esas sustancias que nos hace sentir bien y relajados. De hecho, eso es precisamente lo que significa su nombre: “portador de paz y felicidad interna”, en sánscrito.
Gracias a la anandamida es que podemos mantener funciones como la memoria, el hambre y los patrones de sueño en buen estado; y también alivia el dolor. Nuestros receptores CB1 y CB2 interpretan a algunos cannabinoides que ingerimos del cannabis imitan de manera similar a la anandamida, por lo que se les ha encontrado usos terapéuticos y médicos para tratar condiciones como la ansiedad.
Las enzimas
Una vez que los endocannabinoides han sido interpretados, es necesario desintegrarlos. De otra manera, los receptores seguirían mandando señales innecesarias, como en las enfermedades autoinmunes. Esta es precisamente la función de las enzimas.
¿Cuál es la diferencia entre endocannabinoides y cannabinoides?
El nombre es una pista. El prefijo “endo” significa “dentro” o “al interior”. Así, los endocannabinoides son los cannabinoides “del interior”; que producimos naturalmente al interior de nuestro cuerpo.
Los cannabinoides, por otro lado, son sustancias que se parecen a los endocannabinoides, pero que fueron producidas en otro lado, por otro organismo, como, evidentemente, la planta del cannabis.
Los cannabinoides externos tienen la capacidad de activar los mismos receptores que los endocannabinoides; pero actúan distinto. Al “confundir” su respuesta, causan los efectos del cannabis que alteran nuestra percepción y funciones, como el hambre.
¿Cómo actúan los cannabinoides en nuestro sistema endocannabinoide?
Usando al THC como ejemplo (aunque existen una gran cantidad de otros cannabinoides), cuando ingerimos cannabinoides, estos se fusionan y son interpretados por nuestros receptores. Al tratarse de una especie inusual, los receptores mandan señales confusas.
Por ejemplo, cuando nuestros receptores CB1 se unen con el THC es común que, en su confusión, adviertan que necesitamos comer y, por lo tanto, sentimos hambre o antojo—aunque hayamos comido solo unos minutos antes. De ahí que el cannabis cause los famosos munchies.
También por esto, el cannabis tiene propiedades medicinales. El terpeno cariofileno, por ejemplo, se une a los receptores CB2 del sistema inmunitario y es capaz—como otros terpenos—de reducir la inflamación o aliviar el dolor.
Los cannabinoides y terpenos con propiedades medicinales también pueden alterar las funciones de células como las neuronas y resultar en beneficios para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.