La extracción de cannabis y sus diferentes tipos

La extracción de cannabis y sus diferentes tipos

Conforme se expande el mercado de cannabis gracias a una mayor aceptación y legislación cada vez más relajada, los procesos de fabricación para sus diversos productos se han vuelto más complicados. Ya no abarcan solo el aprender a cultivar y cosecharlo. Algunas formas de consumo—como el dabbing—requiere de concentrados y extractos que se fabrican de manera más industrial y profesional. Vamos a ver qué es la extracción de cannabis y sus diferentes tipos.

¿Qué es la extracción?

Los diferentes tipos de extracción de cannabis son los procesos por los cuales se fabrican los concentrados que se consumen de diversas maneras. Estos pueden ser muy diferentes de acuerdo a al producto que se quiera fabricar, pero, generalmente, incluyen someter a la planta del cannabis a algún método para separarla de sus elementos más codiciados, como los terpenos y cannabinoides.

En realidad, la extracción no puede definirse como un solo proceso, sino a una variedad de ellos. En general, existen dos tipos: con o sin solventes.

La extracción de cannabis con solventes

La extracción con solventes se refiere al método de usar un circuito cerrado—es decir, al que no le entra el aire—donde se mete el cannabis y se baña con solventes por un tiempo determinado, el cual le extrae los aceites y químicos para después refinarlos.

Aunque hay una gran variedad de químicos que se usan como solventes, los dos más comunes son gases en estado líquido, el butano y el propano, los cuales pueden usarse individualmente o en conjunto.

Los concentrados que resultan de este tipo de extracción suelen tener índices muy altos de cannabinoides (hasta del 90%). Es un proceso complicado que se hace en lugares especializados con personal profesional. Esto, para evitar accidentes y que el producto final contenga residuos de solventes, que pueden ser tóxicos.

La extracción de cannabis sin solventes

El otro lado de la moneda es la extracción sin solventes. Este es un proceso mucho más simple y adecuado para fabricaciones caseras.

En algunas, por ejemplo, se congela el cannabis para después agitarlo; en otro, se calienta el cannabis para luego comprimirlo y así extraer sus aceites. En este blog, incluso, ya dedicamos un artículo para contarte, paso a paso, cómo hacer tus propias tinturas , hirviendo la flor de cannabis o remojándola en alcohol.Evidentemente, el resultado de este proceso es mucho menos potente, pero por lo menos no harás explotar la sala de tu casa.