Los bongs de oro de los escitas
Existe mucha evidencia, a través de distintas culturas, de que los humanos han consumido cannabis, con diversos fines, prácticamente desde que descubrieron la planta. Sin embargo, los escitas fueron los que dejaron evidencia inequívoca de haberlo fumado, especialmente desde que se descubrieron, entre sus tesoros, un par de bongs de oro.
Los bongs de oro de los escitas
Fue hace casi 10 años que, en la cordillera del Cáucaso, al sur de Rusia, se encontró un depósito de tesoros de los escitas, de aproximadamente 2,400 años. Sin embargo, su descubrimiento no se dio a conocer sino hasta dos años después, el 2015.
El depósito consistía de tres tazas, dos collares, un anillo grueso y un brazalete de oro. Además, así como dos contenedores, también de oro. Cuando se analizaron los residuos chamuscados al interior estos últimos resultaron ser cannabis. Por lo tanto, se cree que eran usados como bongs.
¿Quiénes fueron los escitas?
A diferencia de otras culturas, los escitas no vivían en un solo país, sino que fueron un conjunto de pueblos principalmente nómadas, antepasados de los iraníes modernos. Se dedicaban a la cría de caballos y eran expertos jinetes y guerreros—tanto hombres como mujeres.
Incluso en la antigüedad ya eran objeto de estudios. El griego Heródoto, a quien se le considera como el padre de la historia, documentó su vida y costumbres. Escribió, por ejemplo, sobre el uso ceremonial que le daban a una extraña planta, llamada “kannabis”; de la especie de sauna donde la quemaban sobre rocas calientes, inhalaban su humo y la euforia que éste les provocaba.
Las imágenes de los bongs de oro de los escitas
Los bongs de oro de los escitas que se encontraron en la cordillera del Cáucaso no son lisos, sino decorados con grabados. Uno muestra a un grifo que está descuartizando a un ciervo. El otro muestra una escena violenta estelarizada por humanos.
Entre todo lo que contó de los escitas, Heródoto escribió sobre la Guerra de los bastardos. Al volver de una batalla contra los Persas, los guerreros escitas se encontraron con que sus esposas habían tenido hijos con sus esclavos. La escena de los bongs parece representar la aniquilación de esos esclavos, aparentemente confirmando lo escrito por Heródoto.