Anatomía de la planta del cannabis
Por su icónica imagen, tan difundida en la cultura popular, la mayoría somos capaces de reconocer la hoja de la mariguana; pero es hasta donde llega nuestro conocimiento sobre la anatomía de la planta del cannabis. Si estás pensando en empezar a cultivarlo, no es mala idea irte familiarizando con ella.
Las partes más familiares de la anatomía de la planta del cannabis
Como es una planta, en su anatomía, la planta del cannabis tiene partes que ya hemos oído mencionar en nuestras clases de biología de la preparatoria.
· Raíces. No tenemos que decirte que crecen bajo tierra, sedimento o el medio de cultivo de tu elección. Las raíces son por donde tu planta absorbe el agua, oxígeno y demás nutrientes.
· Tallo. Es la estructura principal de tu planta que se extiende desde la tierra y de donde nacerán las ramas adicionales. En algún momento durante tu cultivo es recomendable que lo cortes por encima del quinto nudo para animar a tu planta a crecer a los lados en lugar de hacia arriba.
· Nudo. Es el lugar del tallo de donde se extiende una rama. Es importante identificarlos porque te harán saber un par de cosas sobre tu planta. Podrás saber cuándo cortarle el tallo para que crezca más frondosa (que mencionamos en el punto anterior). En los nudos también se encuentran los órganos sexuales de nuestra planta y podrás identificar machos y hembras; indispensable en el cultivo.
· Ramas. Se extienden desde el tallo y es donde aparecerán las hojas y flores de tu cannabis.
Tipos de hojas del cannabis
· Cotiledones. Son las primeras hojas que le saldrán tu planta, cuando apenas se asome de debajo de la tierra. Son pequeñas y redondeadas.
· Hojas de abanico. Son esas hojas tan icónicas; pero no son solo de adorno. Tu cannabis las usa para absorber la luz, agua y nutrientes.
· Hojas de azúcar. Ya en la floración, alrededor de los capullos o flores, le saldrán las hojas de azúcar, llamadas así porque están cubiertas de resina.
Anatomía de la flor del cannabis
· Flor. También llamada “brote”, es precisamente lo que estás buscando, el fruto que cosecharás al final de tu cultivo. Contiene los cannabinoides y terpenos, los químicos que nos dan el efecto al fumarlos.
· Cola. Las flores no salen aquí y allá, individualmente, sino que se enciman unas sobre otras en grupos. Estas son las colas. Una sola planta puede tener varias colas, pero la más grande seguramente crecerá en su parte más alta, a menos que le cortes el tallo a tu planta en el momento indicado, animándola a producir colas igual de grandes en otras ramas.
· Pistilo y estigmas. Como todas las flores, las del cannabis también tienen pistilo, de donde nacen los estigmas, unas hebras que, con el tiempo, irán cambiando de color. Esto es de gran importancia, pues es una manera de saber si tus plantas están listas para ser cosechadas.
· Tricomas. Notarás que tus flores son muy pegajosas. Esto es por los tricomas, unas glándulas diminutas en forma de hongo que tienen tus flores para atrapar el polen que esparcen las plantas macho—algo que queremos evitar a toda costa.
¿Cómo diferenciar entre plantas hembra y macho?
Afortunadamente no es tan difícil. Normalmente, las plantas desarrollan órganos sexuales con bastante anticipación. Fíjate principalmente en los nudos, las partes del tallo de donde nacen las ramas. En plantas hembra verás brácteas, de donde eventualmente nacerán las flores; y, en machos, sacos de polen. Si identificas alguno, llévatelo lejos.
También hay maneras de asegurarte de cultivar exclusivamente plantas hembra. Existen semillas genéticamente modificadas para asegurar el nacimiento de hembras exclusivamente.
Otra es sembrar clones en vez de semillas. Los clones son partes de otras plantas que siembras para que crezca otra con su mismo ADN—si plantas un clon de hembra, crecerá una hembra.
¿Por qué es importante diferenciar entre plantas hembra y macho del cannabis?
La meta principal del cultivo del cannabis, para su consumo recreativo, son sus flores, que solo nacen de plantas hembra. Si los machos llegan a fecundar a las hembras, estas dejarían de crecer y dedicarán toda su energía a crear semillas. Pero si cosecháramos flores polinizadas, nuestro cannabis tendría semillas dentro, y nadie quiere eso.
Ni modo: por muy cruel que parezca, debemos negarles la polinización; identificar a los machos y alejarlos del cultivo o deshacernos de ellos.