Cómo curar las flores de cannabis

Cómo curar las flores de cannabis

Cómo curar las flores de cannabis

El último paso del cultivo de cannabis es, quizá, para el que se necesita más paciencia. Y es que, una vez seco, parecería que está listo para consumirse; pero si se hace un curado correcto, dicho cultivo puede resultar excepcional. Aquí te decimos todo lo que debes saber sobre cómo curar las flores de cannabis.

¿De qué sirve curar las flores de cannabis?

El curado es el último paso en el cultivo de la marihuana y el que más tiempo lleva. Sin embargo, también es el que más vale la pena. Muchos creen que, una vez secas, las flores ya están listas para consumirse. De cierta manera, tienen razón: técnicamente, ya lo están. Sin embargo, en este estado producirían un humo áspero. El curado es lo que convierte al buen cannabis en excelente.

Aunque ya estén secas, las flores todavía contienen azúcares que empeoran su sabor, y la única manera de deshacerse de ellas es con tiempo, que las va degradando poco a poco. Entonces, le abren paso a los sabores de la marihuana.

Los terpenos son una sustancia que se encuentra en todas las plantas y el mayor responsable de darles sus sabores tan característicos. Es la razón por la que las naranjas saben a naranja; la manzana a manzana; por qué los pinos huelen a pino, etc. Manipulándolos por medio de la genética, es como se hacen las cepas de cannabis con una diversa variedad de sabores. Al degradarse los azúcares en el curado, los terpenos permanecen sin que nada más altere su sabor.

El curado también tiene un impacto en los efectos del cannabis. Con el tiempo, los cannabinoides como el THC también se van descomponiendo y, así, se van refinando. Claro que, si transcurre demasiado tiempo, éste se convierte en CBN y pierde su toxicidad. Para que dure lo más posible, hay que hacer el curado adecuadamente.

¿Qué factores impactan cómo se curan las flores de cannabis?

Hay varios factores – principalmente del clima – que impactan el curado del cannabis. Estos pueden hacer la diferencia entre un cultivo bueno y excepcional; pero, también entre un cannabis sano y uno que desarrolla cosas como moho que puede terminar con la cosecha entera.

La luz

Siempre, sin excepción, el curado debe hacerse en un lugar oscuro, ya que la luz puede impactar negativamente el desarrollo del cannabis. Provoca que las sustancias tan codiciadas que mencionamos antes—los terpenos y los cannabinoides—se degraden a mayor velocidad.

Al introducir a las flores en los frascos en los que se hace el curado hay que, a su vez, guardar éstos en un lugar oscuro, como un clóset o una bodega. Una simple caja de cartón también sirve, siempre y cuando tenga una tapa que se pueda abrir y cerrar constantemente. 

Si nada de esto es posible, alternativamente se puede forrar los frascos con algo que no deje pasar la luz, como papel aluminio, incluyendo la base y alrededor de la tapa, así como todo espacio por el que se pueda colar la luz.

Finalmente, se pueden conseguir frascos de vidrio Miron, que bloquean toda la luz, excepto la ultravioleta.

El calor

El calor tiene un problema similar al de la luz. Los cannabinoides, y especialmente los terpenos, son muy susceptibles a las temperaturas y solo hace falta que aumente un poco para que se degraden rápidamente.

Por eso, para hacer un curado apropiado, el lugar donde se almacenen los frascos de cannabis, además de oscuro, debe ser fresco. Idealmente, uno en el que la temperatura no exceda los 21º centígrados.

Sin embargo, tampoco es recomendable exagerar—no los metas al refrigerador o al congelador. Hay maneras de almacenar cannabis congelándolo, pero no es apropiado para el curado.

La humedad

Quizá es el factor más importante. La humedad es la razón por la que se desarrolla el moho, que puede arruinar todo el cultivo. Además, al igual que con los apartados anteriores, causa que los cannabinoides y terpenos se degraden más rápidamente. Como suele ocurrir, el otro extremo tampoco es recomendable: el cannabis demasiado seco tendrá un sabor áspero y el curado habrá sido una pérdida de tiempo.

Es necesario mantener un balance delicado, idealmente 62%, para que las flores se sequen un poco más por afuera, pero permanezcan húmedas por dentro.

Cómo curar las flores de cannabis

El curado consiste en meter las flores individuales a los frascos y airearlos periódicamente. Por lo tanto, el primer paso es deshojarlas si el cannabis se secó aún con tallos, ramas y últimas hojas.

Introduce las flores en los frascos. Éstos deben ser herméticos, como los de conservas, ya que no puede haber intercambio de atmósfera entre el interior del frasco y el exterior, o el curado no funcionará.

No hay que llenarlos a tope ni apretujar mucho las flores. Debe quedar aproximadamente ¼ del frasco vacío para que puedan moverse libremente al sacudirlo. De hecho, eso es precisamente lo que hay que hacer: Agita el frasco y revísalas. Si se aglomeran como muéganos, quiere decir que todavía no están listas y hay que dejarlas secar por un tiempo adicional.

Aunque se puede medir la temperatura de todo el almacén con un solo termómetro—recuerda: no debe ser mayor a los 21º centígrados—lo mejor es medir la humedad de cada frasco individualmente. La mejor manera es con un higrómetro pequeño en cada frasco.

Destapa los frascos dos veces al día. Obsérvalos y huélelos. Si te llega un olor a amoniaco, es posible que se esté formando una colonia de moho y, por lo tanto, que la humedad es demasiada (debe ser entre 60 y 65%). Si este es el caso, introduce un absorbente de humedad. Si, por otro lado, la humedad no es suficiente, deja que se acumule; destápalos solamente una vez al día, o hasta menos.

Una vez transcurridos los primeros días, destápalos solamente una vez a diario durante dos o tres semanas. Entonces podrás almacenarlos por varios meses sin que pierdan su frescura.