Cómo identificar semillas de buena calidad
Hay muchas maneras de cultivar marihuana, pero la más tradicional sigue siendo cuidar de las plantas desde que son semillas. Sin embargo, es una apuesta: algunas se convierten en plantas grandes y sanas, otras no tanto y las demás nunca dejan de ser semillas. Afortunadamente, aunque no hay una manera infalible de saber cuáles crecerán y cuáles no, si hay un par de maneras de identificar las semillas de buena calidad.
La apariencia no es indicio de semillas de buena calidad
Muchos agricultores, especialmente los principiantes, se dejan llevar por el aspecto de las semillas para juzgar su calidad. Generalmente esto es un error y una excelente manera de tirar a la basura cultivos potencialmente exitosos.
Al no ser parte de una industria gigantesca (todavía), a lo largo del tiempo, el desarrollo del cannabis ha sido muy natural. Por lo tanto, las semillas no han sido modificadas de tal manera que todas se parezcan, y las de una sola especie pueden tener una gran variedad de características estéticas, como tamaño, forma o color.
Puedes identificar semillas de buena calidad por la cáscara
La cáscara de las semillas de cannabis tiene todo un espectro de tonos y colores. Puede ser muy oscura—o incluso negra—, o bien, gris claro. También puede ser lisa o tener patrones y hasta texturas.
Una prueba rápida para saber si están sanas y, por lo tanto, viables, es poner una semilla entre la uña del dedo pulgar y la del índice y apretarla. La cáscara debe soportar bien la presión.
La prueba del agua
Otra manera de identificar las semillas de buena calidad es, simplemente echándolas en agua. Sin embargo, esto solo debe hacerse si después se ponen a germinar, ya que el agua penetrará la cáscara. Sean de la calidad que sean, si no se utilizan de inmediato, quedarán inservibles.
Simplemente llena un vaso de agua destilada o de manantial, vierte las semillas sobre la superficie y déjalas flotar por una o dos horas.
Habiendo transcurrido dicho periodo de tiempo, ve a revisarlas. Al igual que como ocurre con los huevos, las semillas que se hunden probablemente sean de buena calidad y estén sanas. Por el contrario, es mejor es desechar las que flotan.