Cómo ocultar tus plantas de cannabis
Inclusive en lugares donde el cultivo de cannabis es legal, hay muchas razones por las que un agricultor quisiera mantener sus prácticas en secreto. Sin embargo, cuando se trata de cannabis, es más fácil decirlo que hacerlo. Y es que su cultivo puede consistir de plantas muy altas y, además, muy… ¿aromáticas? Lo mejor, entonces, es saber cómo ocultar tus plantas de cannabis de manera efectiva.
Oculta tus plantas con malla u otras plantas
La contribución de los cultivos asociados no solo es la protección contra plagas, enfermedades o la mejor absorción de nutrientes. Cuando se trata de camuflar cannabis en un cultivo externo, su color es una gran ventaja, ya que, evidentemente, lo comparten 90% del resto de las plantas.
Al trasplantar, una vez germinado, el cannabis puede rodearse de otros tipos de plantas, integrantes más usuales de los jardines, para que no levanten ninguna sospecha. Sobre todo, plantas frondosas y con hojas parecidas al cannabis, con hojas largas y puntiagudas.
Normalmente, este método es suficiente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunas cepas de cannabis crecen hasta los 2 metros, o más, de altura. Entonces también se puede construir un enrejado que lo rodeé y ocultarlo con cinta plástica o una maya verde.
Oculta el olor
Sin embargo, el aspecto del cannabis no es lo único que lo delata. Incluso quienes nunca lo han consumido saben reconocer su aroma, así es de característico.
Al igual que con el apartado anterior, el primer paso para ocultar su perfume es con el de otras plantas y flores. Sin embargo, además de característico, el perfume del cannabis es muy penetrante. Para ello, lo mejor es plantar una cepa que tenga perfume reducido y alejarlo lo más posible de las fronteras del cultivo.
Oculta tus plantas con genética
No todo el cannabis es igual. No solo hablamos de cepas y sus efectos, sino de diferentes tipos, los cuales tienen tamaños distintos. Entre sus diferencias, la más notable que distingue a las índicas de las sativas es su tamaño.
Las índicas son la mejor opción para espacios de cultivo reducidos, pero también los discretos, ya que son plantas más pequeñas que las espigadas sativas. Unas cuantas plantas a su alrededor en un cultivo alejado de vecinos metiches y nadie tendrá el primer indicio que se trata de un cultivo de cannabis.