¿El lavado de raíces sirve realmente?

¿El lavado de raíces sirve realmente?

El lavado de raíces sirve realmente

Para muchos, el lavado de raíces es un paso fundamental en la cosecha del cannabis. Regar las plantas con un ligero exceso de agua unos días antes de cosecharlas resulta en flores de aroma y sabor superiores. Sin embargo, en épocas recientes, esta opinión ha cambiado. Algunos se preguntan si el lavado de raíces sirve realmente. Para intentar responder a esta duda, se han llevado a cabo varios estudios que se concentran en el tema.

¿Qué es el lavado de raíces?

Antes de cuestionar este método, es necesario hacer una importante distinción: existen dos tipos de lavado de raíces que se aplican en circunstancias distintas. Sin importar de cuál se trate, ambos consisten en regar las plantas exclusivamente con agua en una cantidad mayor de lo acostumbrado.

El primero, el método que aquí se cuestiona, se lleva a cabo al final de la etapa de floración, una semana a 10 días antes de cosechar las flores de cannabis. La creencia es que este método permite que las plantas agoten los últimos residuos de fertilizantes y nutrientes de su sistema. Según se cree, esto da un último “empujoncito” a las flores, resultando en un aroma y sabor superiores.

No se pone en tela de juicio, por otro lado, el remedio legítimo para tratar un bloqueo de nutrientes, el cual resulta de un exceso de ellos o la sobrefertilización. Estos problemas, ambos errores comunes de los agricultores principiantes, pueden ocasionar que las plantas se marchiten. En estos casos, el lavado de raíces sirve efectivamente para que las plantas eliminen el exceso de estos compuestos por medio de su sistema de drenaje.

Ventajas y desventajas del lavado de raíces

De nuevo, aclaramos: con el término “lavado de raíces” nos referimos exclusivamente al que se aplica al final de la cosecha con la intención de mejorar el aroma y sabor de las flores. Quienes lo aplican lo hacen por creer que tiene una serie de beneficios adicionales. Sin embargo, otros sostienen lo contrario. Entonces, ¿el lavado de raíces sirve realmente?

La meta principal del lavado de raíces es mejorar el sabor y el aroma de las flores, incluso después de los procesos de secado y curado. Supuestamente, este método no afecta negativamente a los terpenos ni cannabinoides. Por el contrario, se cree que no solo no afecta negativamente la producción final de las flores, sino que hace que las plantas se esfuercen por preservar nutrientes las últimas semanas, mejorando así la calidad de la producción final.

Quienes no creen en este método sostienen lo contrario. Afirman que disminuye el desarrollo de la planta y, por lo tanto, la calidad de los cannabinoides y terpenos. Explican que al hacer un lavado de raíces, el exceso de agua disuelve compuestos como el calcio y el boro, sin los cuales el crecimiento y maduración de la planta se detienen. Sostienen que el lavado de raíces previo a la cosecha no mejora ni empeora el sabor ni el aroma de las flores.

¿El lavado de raíces sirve realmente?

El cannabis ha sido sometido a todo tipo de estudios y pruebas clínicas para determinar varias cosas. Mientras que la mayoría se concentran en su potencial como planta medicinal, algunos otros se fijan en su cultivo. Y sí, se ha abordado el tema del lavado de raíces al finalizar la cosecha.

Tras realizar tres pruebas incluidas en su tesis sobre estrategias de irrigación del cannabis medicinal en 2017, Jonathan Stermeroff concluyó que el lavado de raíces no tiene ningún efecto. En Irrigation Management Strategies for Medical Cannabis in Controlled Environments, Stermeroff concluye que el lavado de raíces es simplemente ineficaz. No reduce ni aumenta el nivel de nutrientes de las flores; no afecta los niveles de cannabinoides ni terpenos y, por lo tanto, no mejora ni empeora su aroma y sabor.

El estudio de RX Green Technologies

Tres años después, la compañía RX Green Technologies publicó Impact of Different Flushing Times on Quality and Taste in Cannabis Sativa L.. En este estudio, se formaron grupos de plantas a las que se les aplicó un lavado de raíces en períodos variables de 14, 10, 7 y 0 días. Al final del cultivo, se evaluó el contenido de cannabinoides y terpenos, así como el sabor y aroma de las flores.

El porcentaje mínimo de THC resultó ser 21.58% en el grupo de 14 días y el máximo de 22.73% en el grupo de 7 días. La diferencia de cannabinoides entre los grupos fue mínima y no significativa. Lo mismo ocurrió con la presencia de terpenos, aunque vale la pena mencionar que el grupo que mostró mayor concentración fue el de 0 días de lavado.

Un resultado que llama la atención es el del rendimiento de la flor seca. Las de mayor rendimiento fueron las del cultivo de 14 días, mientras que las de 7 días tuvieron el menor. Estos resultados han llevado a algunos a especular sobre la relación entre la concentración de cannabinoides y el rendimiento de las flores. Es decir, si la menor concentración de cannabinoides resulta en flores de mayor rendimiento.

También vale la pena apuntar que las hojas de las plantas con mayores períodos de irrigación, 14 y 10 días, tuvieron decoloración debido a la descomposición de la clorofila.

¿Afectó la calidad de las flores?

Finalmente, el estudio llevó a cabo una evaluación sobre el sabor y calidad de las flores con un grupo de expertos. Aunque, de nuevo, la diferencia entre los grupos no fue significativa, el que tuvo los mejores resultados fue el que no fue sometido a un lavado de raíces.

Vale la pena señalar que los estudios llevados a cabo por compañías privadas, como es el caso de RX Green Technologies, no son sometidos a una evaluación por pares. Es decir, no están abiertos al escrutinio de otros expertos en el tema. Sin embargo, tanto la tesis de Jonathan Stermeroff como el estudio de RX Green Technologies parecen desmentir la importancia del lavado de raíces al final de la cosecha. Pero, como siempre, es mejor esperar lo que digan otros estudios y pruebas que se concentren en el tema.

Aunque el lavado de raíces es un método popular entre los cultivadores de cannabis, estudios recientes indican que su efectividad es cuestionable. No mejora ni empeora el aroma y sabor de las flores, y no parece afectar significativamente los niveles de cannabinoides o terpenos. Es importante continuar investigando para obtener resultados más concluyentes.