Introducción al cultivo de la marihuana
Cultivar marihuana es una actividad que cualquier persona puede llevar a cabo, siempre y cuando cuente con los materiales necesarios, paciencia y, no menos importante, esté en cumplimiento con la legislación correspondiente. Sin embargo, puede resultar intimidante debido a la complejidad de sus elementos y, dependiendo del tipo de cultivo, puede requerir una inversión significativa. En esta introducción al cultivo de la marihuana, repasaremos los aspectos fundamentales a considerar antes de sembrar algunas semillas en la tierra y esperar los resultados.
¿Por qué cultivar marihuana?
Existen diversas razones por las cuales las personas deciden cultivar su propio cannabis, aunque es importante destacar que se debe hacer cumpliendo con las regulaciones legales correspondientes.
Una vez permitido, muchos se convierten en cultivadores para disfrutar del cannabis como una forma de esparcimiento, proporcionando un pequeño respiro del estrés cotidiano o como medio para socializar. Para otros, su consumo se asemeja más a un tratamiento medicinal, que puede ser cultivado en casa en lugar de ser adquirido en una farmacia.
También hay quienes están interesados en aprender sobre el origen y proceso de cultivo de la marihuana, de manera similar a criar animales de granja para comprender cómo la carne llega a la mesa.
Variedades de las plantas de marihuana
Para un cultivador novato, puede resultar sorprendente la amplia variedad de plantas de cannabis y sus notables diferencias entre sí. Existen cepas con distintos aromas y sabores, es decir, que contienen diferentes mezclas de terpenos. Además, los efectos de algunas cepas son más potentes que otros, e incluso algunas no generan efectos psicotrópicos.
A diferencia de muchas plantas, las plantas de marihuana tienen género. Para obtener las flores destinadas al consumo, es esencial cultivar exclusivamente plantas hembras, ya que los machos no producen flores.
Incluso entre las semillas hay diferencias. Las semillas feminizadas garantizan un cultivo de plantas hembra, a diferencia de las semillas convencionales que tienen un 50% de probabilidad de producir plantas macho.
Un aspecto crucial del cultivo es inducir la floración de las plantas, lo cual se logra mediante el aumento de las horas de oscuridad a las que se exponen. Alternativamente, se pueden plantar semillas autoflorecientes, las cuales producen flores automáticamente después de algunas semanas.
Elementos esenciales del cultivo de marihuana
Independientemente de la variedad de cannabis que se plante, nunca se debe olvidar que se trata de plantas y, por lo tanto, sus cuidados son similares a los de otros cultivos o plantas ornamentales.
Circulación del aire
Las plantas, al igual que cualquier ser vivo, requieren aire para sobrevivir. Es decir, necesitan el oxígeno y el dióxido de carbono presentes en él para llevar a cabo funciones vitales, producir alimento y desarrollarse de manera saludable.
En los cultivos externos, este intercambio de aire ocurre de manera natural. Sin embargo, en los cultivos internos, el agricultor debe proveerlo. Este es un tema con diversas soluciones que van desde la inversión en ventiladores económicos hasta sistemas de ventilación más complejos.
Además de suministrar oxígeno a las plantas, una adecuada ventilación contribuye a eliminar el penetrante y poco discreto aroma del cannabis.
Iluminación
En las clases de biología primaria aprendemos que las plantas requieren luz para realizar la fotosíntesis, el proceso mediante el cual convierten la luz en energía. La iluminación también desempeña un papel fundamental en la calidad del producto resultante del cultivo de marihuana, afectando el tamaño de las flores y su contenido de cannabinoides.
En los cultivos exteriores, la luz solar proporciona automáticamente lo necesario. Sin embargo, en los interiores, depende de focos y de la disciplina del agricultor para encenderlos y apagarlos en horarios precisos. La selección de los focos es crucial, pues se deben usar los de la intensidad adecuada (entre 400 y 600 vatios) y colocarlos a la distancia correcta para evitar dañar las hojas.
Agua
El riego de las plantas puede resultar confuso, ya que algunas requieren mucha agua y otras, poca. Es fácil excederse y causar que dejen de crecer o se marchiten, situación en la que se encuentra la marihuana.
Afortunadamente, encontrar el ciclo de riego adecuado es sencillo. Basta con observar detenidamente la tierra y el sustrato para determinar si la marihuana necesita agua. Existes métodos alternativos, como pesar las macetas, para gestionar el riego.
El proceso de riego es uno de los pocos del cultivo que no puede automatizarse, por lo que requiere disciplina y atención, independientemente de si se cultiva en exteriores o interiores.
Fertilizantes
Aunque la marihuana puede crecer sin fertilizantes ni nutrientes, estos son esenciales si se busca cultivar flores grandes y de calidad para su consumo.
Este paso puede resultar complicado, ya que existen numerosos tipos de fertilizantes con diversos resultados. En ocasiones, se añaden para estimular el crecimiento de la planta o para corregir deficiencias nutricionales.
Existen fertilizantes naturales y sintéticos, cada uno con sus ventajas y desventajas. Aunque se recomiendan los naturales, a veces el uso de sintéticos es inevitable.
Lo más recomendable para agricultores principiantes es informarse sobre los mejores fertilizantes para comenzar y aprender gradualmente a utilizarlos.